Siempre me ha interesado la transformación que puede llegar a sufrir un mueble de los que normalmente se abandonan en la calle. Muchos de ellos no pasan únicamente de ser un objeto en un estado lamentable a recuperar su funcionalidad, sino que además el cambio es tan espectacular que apenas resulta reconocible. Este es el caso del antes y después de tapizar una butaca que se encontraba abandonada en un callejón.
Andrea Mihalik es una fotógrafa periodística que tiene un arte especial para recuperar sillas, sillones y butacas vintage que encuentra abandonados. Para ello utiliza materiales respetuosos con el medio ambiente y combina las tradicionales técnicas del tapizado con otros elementos más actuales, consiguiendo unos acabados realmente espectaculares.
Ella misma comenta que vio esta clásica butaca orejera de los años 30 un día que iba a recoger a su hija a casa de un amigo y que, a pesar de su estado, no pudo resistirse a llevársela aunque fuera arrastrándola hasta su casa.
Para realizar esta transformación combinó una tela de espiga en un tono claro para la parte del asiento de la butaca con otra oscura estampada con ramas y pequeños motivos en color turquesa en la parte trasera. La unión de ambas telas las remató con cordón turquesa.
Particularmente el resultado final me parece espectacular ya que no sólo ha conseguido recuperar esta butaca, sino que además le ha dado un aire renovado y actualizado.
Pero el trabajo de Andrea Mihalik no acaba con la transformación de esta butaca sino que ha conseguido recuperar muchas otras piezas que tiene a la venta en su taller. A la hora de combinar las telas de sus tapizados se inspira en diseñadores de moda como Alexander McQueen, Roberto Capucci o Kelly Wearstler, de esta forma consigue mezclar y combinar texturas, colores y distintos estampados creando piezas únicas y con mucha personalidad.
Resulta increíble cómo puede llegar a conseguir que butacas tan clásicas tengan un aspecto tan moderno y actual.
Como a veces solo se necesita un pequeño detalle para hacer una silla diferente.
O por ejemplo, utilizando pintura pizarra en la trasera del respaldo de un sillón, algo que nunca se me hubiera ocurrido.
A Andrea Mihalik se le da muy bien combinar diferentes tipos de estampados, consiguiendo unas mezclas que destacan por su buen gusto.
No le da miedo utilizar el color ni los estampados con un aire kitsch como éste.
Sorprende también cómo consigue transformar los típicos asientos de una sala de espera dándoles un aspecto tan original a un elemento tan impersonal y “de serie” como lo son este tipo de sillas.
¿Qué os aparecido el antes y después de tapizar una butaca? ¿Y la obra de Andrea Mihalik? A mi me ha fascinado cómo se puede llegar a transformar tanto unas sillas y butacas combinando telas y texturas de forma tan original. Pero sin duda lo que más me ha gustado es cómo Andrea ha conseguido con sus proyectos DIY crear piezas únicas, con mucha personalidad y un alto valor decorativo ¡DIY forever!
Imágenes: Wildchairy.com
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