Las piscinas hinchables son las más baratas y sencillas de montar. Además, el ahorro continúa después de la compra, ya que apenas tienen mantenimiento. Su reducido tamaño permite que cualquier jardín, por pequeño que sea, pueda disponer de una refrescante alberca de goma, para felicidad de los peques.
Realmente, el volumen es considerable: una piscina hinchable normal de 3,5 metros de diámetro puede almacenar seis metros cúbicos de agua, es decir, un peso de seis toneladas. Por ello, debe colocarse en un suelo adecuado, homogéneo, bien nivelado, y sin raíces ni objetos punzantes que puedan dañar el tejido plástico.
Nivelar el suelo, imprescindible
La forera Goldolin cuenta que el primer año de su piscina hinchable no nivelaron el suelo. “Simplemente buscamos un sitio que nos pareció más liso, y listo. Pusimos la lona de suelo, tipo rafia fuerte, y encima la piscina”. El resultado fue que, al llenarla, acusó el desnivel existente, el agua se fue hacia un lado, y no pudieron llenarla del todo.Ya con la lección aprendida, la familia de Goldolin abordó el segundo año con toda minuciosidad. Marcaron el emplazamiento con palos y cuerdas perimetrales, quitaron la capa de hierba, y comprobaron la base con un nivel de burbuja, quitando tierra donde sobraba. Una vez nivelado impecablemente el suelo, encargaron arena blanca y la esparcieron por toda la superficie, otra vez con ayuda del nivel y los rastreles.
Esta vez el resultado fue óptimo, tanto que una vez acabado el verano dejaron la piscina montada y llena todo el invierno. “La arena la pusimos para que al pisar no molestase, como pasa cuando el suelo es de hormigón, que encima puede pinchar el liner. Sobre la arena colocamos la manta de suelo, de esas de rafia azules o negras”, explica Goldolin, que cada día está más contenta con su piscina.
Otra opción: base de madera
Miquel1971 monta cada verano en su jardín una piscina hinchable, que colma de felicidad a sus tres niños. El emplazamiento es una zona donde hay piedrecitas blancas, lo que obliga a quitarlas y volver a ponerlas cuando se retira la piscina. Nuestro forero quería ahorrarse el doble trabajo, y poner la piscina sobre una plataforma lisa colocada sobre las piedras del jardín.Miquel1971 pensó entonces en un suelo de tablas, que pudiera desmontarse después del verano, quedando a la vista el suelo de guijarros. Una vez instalada la plataforma de madera, la cubrió con una lona impermeable para evitar que el agua pudiera atacar la madera. “Parece que ha quedado resistente”, afirma Miquel1971. Con cualquiera de las dos opciones, suelo de tablas o estrato de arena, tendremos un suelo firme y bien nivelado para gozar de este agradable invento. !Al agua patos!