Existen ocasiones en que la cabeza del martillo comienza a aflojarse, comúnmente por un mal acuñado o por uso excesivo y prolongado.
Sea cual sea el motivo, debemos colocar la cabeza del martillo a su mango, lo que se denomina "encabado". En esos casos, de acuerdo a como lo hacemos, es lo que nos asegurará o no que la cabeza permanezca en su sitio.
Lo que primero debemos hacer es, si ya está floja, retirarla de su mango, con la ayuda de otro martillo, golpeando reiteradas veces, desde abajo contra la cabeza hasta que caiga.
Si notamos que el escalón donde descansa la cabeza está muy cerca del extremo, procedemos a correrlo para que apoye en éste más abajo, y no sobre el mango, medio centímetro más o menos, por la parte superior.
Para ello, tomamos un serrucho de costilla y cortamos el escalón, corriéndolo, sin alterar el espesor del sector que entrará por el ojo de la cabeza. Lo ideal es que entre un poco ajustado.
Seguimos prolijando con el formón, dándole la forma bien marcada al nuevo escalón que soportará la base de la cabeza.
Luego, por el mismo sitio donde se encuentra la vieja cuña, cortamos para que ingrese la nueva, que será mas gruesa, hecha de cualquier tipo de madera dura.
Terminado de preparar el mango, agregamos cola al rededor del ojo de la cabeza. Unimos luego ambas partes, haciendo que haga tope sobre el escalón. Golpeamos con la culata del mango en forma enérgica sobre la tapa de la mesa para que se asiente bien, y controlamos que quede a escuadra.
Luego colocamos cola dentro de la ranura donde irá la cuña.
Hacemos ingresar la cuña en la ranura del extremo, y vamos golpeando sobre ésta para que ingrese con buena presión.
Se abrirá por la parte superior como una flor, lo que nos asegurará un buen tope, que sumado al tope del escalón en la parte inferior,
nos quedará la cabeza encerrada y difícil de zafarse.
Cuando ya no ingrese más, cortamos lo que sobre de cuña, luego prolijamos y suavizamos ese punto con lija.
COMO RECTIFICAR LA CABEZA DE UN MARTILLO
Por tantos golpes trabajando, y en distintos ángulos, la punta de la cabeza del martillo se va combando. Se forman inclusive abolladuras y marcas, que en el momento de martillar hace que no se asiente bien en la cabeza del clavo, haciéndolo desviar o torcer.
Simplemente corregimos ésto pasándolo por la amoladora de mesa o banco, con la cabeza a 90 grados en relación a la piedra, hasta que desaparezca la comba y quede bien plano.
También quitamos las rebabas de la cabeza, y biselamos esos bordes para que no queden aristas cortantes.
El martillo ya nos quedará completamente rectificado y listo para trabajar.
Les dejo aquí el vídeo sobre el tema.
Les mando un abrazo
Nos vemos pronto.