Así, podríamos decir que la caja de herramientas es al manitas casero lo que el botiquín al médico. Por eso, para impedir que las pequeñas reparaciones caseras se conviertan en un S.O.S, el mercado del bricolaje pone a nuestra disposición un amplio surtido de cajas, maletas, carros y organizadores varios para tener bien a mano nuestras herramientas si llega el momento de operar.
Cuál elegir
El segundo factor fundamental es el transporte y manipulación del propio continente. Lo mejor es optar siempre por modelos que sean ligeros y fáciles de transportar, incluso si llevamos guantes. Aquí juegan un papel fundamental las asas, que conviene que sean lo más anchas posible e incluso extensibles, si se trata de un carro de herramientas. Además, en este último caso, debemos prestar atención a las ruedas y desechar las que tengan poco grosor (menos de 10 cm.).
Por otro lado, no se puede olvidar que las funciones principales de una caja de herramientas son el orden y la clasificación. En general, todas incluyen cajones y compartimentos, por lo que en lo que debemos fijarnos es en la accesibilidad. Cuando tienen varios niveles, el acceso a la bandeja superior sin necesidad de abrir todo es una gran ventaja, así como las bisagras que sirven para mantener la tapa en posición vertical durante su uso. Juzgando el interior, los organizadores de polipropileno transparente que permiten ver el contenido son una buena opción; también guías que inmovilizan los compartimentos para aprovechar el máximo espacio o los bordes redondeados que facilitan coger los pequeños accesorios.
Algunas opciones
* Cajas de pequeña y mediana capacidad: para guardar herramientas de mano, pequeña herramienta eléctrica, tornillería y multitud de pequeños objetos y accesorios. Existen de varios materiales: metal, plástico y tela.* Maletines: existen varios tipos, unos específicos para guardar y transportar herramientas eléctricas, otros, para organizar todo tipo de pequeña herramienta y accesorios.
* Carros de gran capacidad: para guardar todo tipo de herramientas y poder transportarlas fácilmente de un sitio a otro. Los puedes encontrar de plástico y metal.
Conservación
Para evitarlo, la mejor opción es introducir unos trozos de tiza que absorban la humedad. Una bolsa de tela llena de arroz cumplirá la misma función. Pero si el óxido ya ha hecho acto de presencia, podremos eliminarlo frotando con un estropajo empapado en petróleo o aguarrás, siempre protegiéndonos antes las manos con unos guantes.
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