Hoy os traigo el proceso de recuperación de una antigua mecedora que tenía en casa de toda la vida. Inicialmente tenía un asiento hecho con enea, pero mi perro siendo un cachorro lo destrozó. Os podréis imaginar la gracia que eso le hizo a mi madre...
La cuestión es que desde entonces ha estado dando vueltas por casa sin ser arreglada ni tener una función ni sitio fijo, por lo que acabó en el patio, a la intemperie y estropeándose. Por fin me decidí a hacer algo con ella, así que le quité la enea vieja y estropeada y le di un buen limpiado a la madera con una lana de aluminio y limón para eliminar restos incluso del barniz antiguo. No os imagináis la de suciedad que salió.
Dejé la mecedora dentro de casa y esperé a que estuviera completamente seca, entonces me puse manos a la pintura y comencé con el mismo azul que le puse a la mesita de noche del post anterior, pero esta vez quería hacerle algo más, así que le dí encima una pintura al agua en un tono gris muy claro para que al lijar cierta zonas saliera a relucir el azul y la madera. No quedé del todo contenta con el resultado de los colores, así que decidí ponerme con el asiento y cuando estuviera acabado retocar algunas zonas con brochazos de azul y dar lija repetidas veces hasta conseguir un acabado que me gustase.
El asiendo decidí arreglarlo con cuerda. Nunca lo había hecho, así que lo hice siguiendo un tutorial de Youtube que os dejo aquí por si os interesara.
Sé que tiene errores, pero para ser el primero que hacía creo que lo disimulé un poco y no quedó nada mal.