¿Quieres aprender a modificar una silla? Como sabemos, en nuestras casas existen numerosas sillas que podemos tunear. En un salón comedor con dos mesas, fácilmente habrá seis sillas, una banqueta, un sofá y dos sillones. Y la tónica se repite en toda la casa. Por esta simple razón estadística, los muebles que veremos abandonados son en su mayoría asientos.
La causa normal del abandono de las sillas es el tejido y por eso queremos modificar una silla que ha pasado de moda, o ha sido atacado por la polilla, o arañado por el gato. La madera del armazón suele estar en buenas condiciones y puede todavía durar muchos años. ?Qué deducimos de todo esto? Pues que si aprendemos a tapizar podremos rescatar asientos para amueblar y decorar la casa, sin apenas gastar dinero. !Veamos algunos ejemplos de nuestros lectores!
Comienza nuestra galería para modificar una silla tuneados con la banqueta de cocina de Palomita_azul. Nuestra amiga nos cuenta que se la encontró su marido en un contenedor, "y así la dejé yo para el dormitorio de mi hija":
La aportación de Allioli es una banqueta que su madre iba a tirar. "Tiene como 40 años y al gato que teníamos le encantarse limarse las uñas ahí. Se ven los arañazos je je. Así que la rescaté y le di un cambio de look", cuenta nuestra amiga.
El sillón de nuestra amiga Topkha recibió un acertado tuneo, y aquí lo vemos convertido en una pieza capaz de alzarse con el protagonismo decorativo en cualquier ambiente.
"Os enseño la sillita para mi dormitorio", nos cuenta Lola69. "La encontró mi cuñada al lado del contenedor y no se lo pensó, frenó, puso los cuatro intermitentes y a mi casa con ella... Bueno, pues después de ojearla y darle el visto bueno, la destapicé, la lijé y me puse a pintarla en blanco satinado. Después repasé suavemente con lija muy fina, le di una segunda mano, vuelta a lijar... En algunos sitios lijé para que saliese la pintura de debajo, y cuando ya estuvo seca la pintura la tapicé con tela de raso a rayas anchas blanco y negro".
Turno para la butaca de Darea, que también tiene una historia simpática. "La encontramos un día en la calle y mis ojos se fueron a ella. Es exactamente igual a la butaca que tenía mi abuela en su habitación. Cuando yo era pequeña e iba de vacaciones a su casa, dormía con ella y ahí escondía mis prendas. Qué recuerdos... Por eso la cogí. La restauré; no es una simple butaca antigua, porque cada vez que la veo me acuerdo de aquellos momentos que pasaba con mis abuelos", cuenta nuestra amiga.
Chel72 encontró dos mecedoras hechas polvo, en muy mal estado. "Una estaba desmontada, la otra entera, pero cuando te sentabas parecía que se fuera a romper, chirriaba". Nuestro amigo empezó por la mecedora desarmada, lijando, masillando y reforzando toda la estructura. "El respaldo esta hecho con cinta para las persianas, el asiento con espuma. Aquí está el antes y el después, silenciosa y cómoda, perfecta para mi madre".
Terminamos esta sensacional galería con la banqueta que encontró Marpampeana. Nuestra amiga la convirtió en una decorativa mesita, y es un ejemplo perfecto para los bricolegas que aún no se ven capaces de tapizar: "Le saqué el asiento y lo reemplacé con una madera a la que le hice un decoupage con servilletas. Apliqué barniz al agua en la superficie y laca tridimensional sobre las flores. Las patas llevan papel de diario y laca para protegerlas. En la base le puse una bandeja que tenía y calzó justo".