En principio iba a ser un elemento decorativo sin más pero me pareció que incluirle la opción de utilizarlo como candelabro le daría un toque.
Aproveché unas sobras de un palé cortando las tablas más o menos a la misma medida.
Las desgasté, las lijé y les di la forma que me pareció. Siempre marcando el movimiento de la veta de la madera. Me gusta el juego que da, cada trozo es distinto y le aporta personalidad al trozo de madera. Aunque sea de la misma tabla cada cual tiene su propio movimiento.
Aquí dos ejemplos que he hecho.
A uno le di una primera capa de esmalte al agua en azul atolón (es un azul medio pero con un toque agrisado) y tras secarse le di una mano de esmalte al agua blanco.
Cuando se hubo secado, la lijé suavemente, sin abusar, simplemente para sacarle la veta y su movimiento.
Al otro, le di una pátina de blanco diluido en agua y después le marqué las vetas manchando superficialmente con betún de judea.
Ahora tocaba hacer la transferencia. Para los dos el mismo proceso, dar la cola diluida ( yo hice dos partes de cola por una de agua) en la madera y también en la imagen y pegarlas, presionando con un trapo después para que quedara bien adherida.
Esperé varias horas hasta que me dediqué a humedecer el papel para quitarle celulosa, la pulpa o el papel, como queráis, y comenzar a ver la imagen. Eso si muy muy suave, con la yema del dedo para no romper la imagen.
Para hacer el soporte de la vela utilicé cuerda de algodón colada.
En una vela forrada con plástico pegué la cuerda enrollada a la vela y cuando se secó la despegué de la vela. Así valdrá, no solo para una vela, sino que se podrá reemplazar esta, cuando se consuma, por una nueva.
Y lo pegué a la madera previamente barnizada.
Y finalmente, así quedaron
Qué opinas, ¿Mejor con vela o por el contrario quedaría mejor sin ella como artículo decorativo?
Habrá que probar a hacer alguno sin vela...
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