Hoy les quiero enseñar una serie de consejos para acabar con el óxido una vez que su presencia ya es un hecho. Te mostraré unos metodos los cuales puedes aplicar con materiales que por lo general tenemos en nuestra casa, y por último también os enseñaré la manera correcta de aplicar un limpiador específico industrial.
Con el paso del tiempo puede que algunos utensilios de cocina empiecen a mostrar un aspecto oxidado, especialmente si no les damos mucho uso y pasan un largo tiempo guardados en zonas húmedas. Para estos casos tenemos un truco tan desconocido como sencillo y con dos elementos que todos tenemos en casa.
Basta con cortar unas láminas de cebolla, impregnar una de ellas en sal e ir frotando hasta que la capa de óxido desaparezca. Veremos que el efecto es bastante inmediato, es muy recomendado ir cambiando las láminas de cebolla para poder eliminar el mayor óxido posible. El ejemplo lo podéis ver en el siguiente vídeo:
En el caso de las ollas o cacerolas podremos aplicar dos trucos. El primero es hacer una mezcla de agua muy caliente y jabón para verterla en la cazuela y posteriormente con un estropajo realizar movimientos circulares y veremos como se elimina la capa de óxido. En caso de que esté demasiado pegada a la superficie, existe otro truco, esta vez haremos la mezcla de aceite y alcohol etílico, con lo que impregnaremos una servilleta y haremos los mismos movimientos circulares. Con estos dos consejos debería desaparecer toda la capa que afecta a nuestras ollas.
A la hora de hacer la limpieza en los baños podemos encontrarnos con que las zonas metálicas, especialmente grifos o desagües, empiezan a mostrar un color rojizo, señal de que la oxidación ha llegado a ellos. Es debido a que el baño es una de las zonas más húmedas de la casa y en ocasiones muy poco ventilada, por lo que esa humedad se concentra y hace estragos en este tipo de elementos.
Para eliminar este óxido empezaremos utilizando uno de los elementos más efectivos a la hora de quitar todo tipo de manchas como es el vinagre. El vinagre es el mejor quimico que existe para elimiar el óxido. Calentamos una taza con el vinagre hasta que llegue a su punto de ebullición, posteriormente echaremos mano de un trapo liso que no provoque arañazos en la superficie y frotaremos con él una vez empapado del vinagre. Conviene utilizar guantes para no quemarnos con el vinagre caliente.
Si este remedio no nos ha resultado efectivo, daremos paso a uno de los anti manchas por excelencia, el limón, pero esta vez lo mezclaremos con bórax, cuyas propiedades unidas al ácido cítrico del limón son un producto letal para el óxido, e incluso para los restos de cal.
Otro producto que no es tan casero como el limón o el vinagre pero que seguro todos tenemos es la lejía, que pese a ser algo más abrasivo, puede servirnos perfectamente para estas situaciones. Aplicar la lejía sobre la zona dañada y dejar secar durante mínimo 12 horas y no usar por tanto esos grifos o zonas dañadas es otro de los trucos anti óxido.
Por último, os quiero enseñar la manera correcta de aplicar un limpiador específico de óxido industrial, que lo utilizaremos a la hora de enfrentarnos a grandes pruebas como pueden ser las herramientas para labrar el campo, que pasan mucho tiempo al aire libre recibiendo todo tipo de agentes externos que con el tiempo las deterioran.
Conviene leer todas las indicaciones que el fabricante advierte en el producto antes de utilizarlo, y una vez leídas, aplicar los consejos que os damos a continuación.
Los guantes y las gafas de protección son elementos básicos a la hora de trabajar con este tipo de productos, con los que cualquier salpicadura podría crearnos serios problemas. Para llevar a cabo la limpieza nos ayudaremos de la lana de acero para el frotado del objeto oxidado. Aconsejamos hacer la limpieza en un lugar ventilado y cubriendo la mesa para que no haya manchas.
Humedecemos la lana de acero con el desoxidante y comenzamos un frotado enérgico. Pronto veremos los primeros efectos como la espuma que se genera de color ocre, señal del buen frotado que hacemos.
Repetimos la operación varias veces llegando a todas las zonas. El siguiente paso será dejar actuar el producto durante unos minutos. Posteriormente efectuaremos un lavado con agua y jabón y ya veremos como el óxido se ha eliminado en gran parte, pero no suele eliminarse del todo a la primera, sobre todo si es un elemento muy castigado por la herrumbre.
Repetimos los pasos aunque en esta ocasión podemos ayudarnos de una servilleta de papel para llegar a los rincones más complicados, ya que encontrará menos resistencia en la superficie dañada.
En esta segunda pasada y una vez completada la limpieza con agua y jabón deberá verse limpio el objeto que hayamos limpiado, ya que los productos industriales son muy efectivos, aunque debemos aplicarlos con sus correspondientes cuidados.
Estos han sido unos cuantos consejos para quitar el óxido de numerosas superficies. Si os gustan o si conocéis otras que os son más efectivos, no dudéis en compartirlas con nosotros en nuestro muro de facebook. ¡Allí espero todos vuestros comentarios!