1. Vinagre: es uno de los remedios naturales más usados para la limpieza. Resulta muy eficaz contra el óxido y su aplicación es muy sencilla: tan solo tendremos que calentarlo hasta el punto de ebullición y empapar un paño fino, que no deje arañazos. Después, frotaremos suavemente la zona manchada. Desaparecerá sin problemas.
2. Limón: el limpiador natural por excelencia. Para poder retirar el óxido debemos mezclarlo con boráx. En concreto, pondremos dos cucharadas grandes de bórax y el zumo de un limón. Las propiedades del bórax unidas al ácido cítrico remueven perfectamente las manchas de óxido. Además, con esta mezcla podremos retirar también manchas de cal.
3. El tercer remedio no es tan natural como los dos anteriores, pero sí muy eficaz y no muy abrasivo. Simplemente, tenemos que aplicar un poco de lejía sobre la superficie manchada y dejar secar bien. La única precaución que debemos tener es dejar que actúe en torno a unas doce horas, sin usar el sanitario. La lejia es algo más abrasiva que el vinagre y el limón, pero mucho más efectiva.
¿Tenéis algún truco para eliminar el óxido?