Los muebles y objetos realizados con caña y mimbre presentan, habitualmente, los mismos problemas que los fabricados con madera, ya que los factores de degradación son similares. Cabe destacar los hongos y los insectos. Los hongos son un problema frecuente en un paragüero fabricado con mimbre. Este material se hincha en contacto con el agua o en presencia de humedad excesiva, provocando la rotura y el desprendimiento de partes de la pieza o la aparición de hongos.
En el caso que nos ocupa, el paragüero presenta una capa de moho superficial, resultado del ataque de los hongos y el desprendimiento de la base debido a la acción del agua. La restauración constará de varias fases: en primer lugar, se desinfectará el mimbre y se eliminará por completo el rastro de moho mediante una limpieza en seco; a continuación, se pegará la parte desprendida y, finalmente, se proporcionará un acabado que proteja la superficie del objeto.
1 El primer paso consistirá en eliminar los hongos. Para ello disponemos el paragüero (cuerpo y base) sobre un fragmento de plástico de polietileno. A continuación, introducimos en el interior del cuerpo un recipiente de cristal (por ejemplo un vaso) con una pequeña cantidad de timol sólido.
Seguidamente, cortamos el plástico y envolvemos el objeto, uniendo los lados con cinta de precinto, asegurándonos de que no quede ninguna abertura para confeccionar una bolsa de desinfección hermética. Para finalizar, escribimos la fecha actual sobre un papel o cartulina que fijaremos sobre una de las caras exteriores de la bolsa y dejamos transcurrir 15 días.
2 Una vez transcurrido este período de tiempo (necesario para asegurarnos la completa desaparición de los hongos), desmontamos la bolsa de desinfección. A continuación, procedemos a limpiar la superficie del mimbre eliminando el polvo, la suciedad y los restos de moho. En primer lugar, los extraemos mediante un aspirador doméstico graduado a la máxima potencia, al que acoplamos la boquilla con cepillo. Frotamos con un pincel de cerda suave en los ángulos y uniones del trenzado para desprender la capa de polvo y moho.
3 Acto seguido, efectuamos una limpieza en seco con jabón para eliminar por completo los restos de moho y suciedad. En un tarro grande de cristal con tapa efectuamos una mezcla del 75% de agua destilada y el 25% de jabón líquido neutro (de pH 7), en una cantidad que nunca excederá de un cuarto del volumen del recipiente. Cerramos el tarro y agitamos enérgicamente, batiéndolo hasta conseguir una gruesa capa de espuma. Introducimos un cepillo de dientes en el tarro y recogemos una pequeña cantidad de espuma. A continuación, frotamos el mimbre con él hasta eliminar la capa de suciedad.
4 Aclaramos la superficie del paragüero para retirar cualquier residuo de jabón. Humedecemos ligeramente un paño o manopla de toalla con agua destilada y frotamos el mimbre en todas direcciones, insistiendo en las uniones de las piezas y en los ángulos del trenzado.
5 Como hemos comentado, el mimbre tiende a hincharse con el agua. Procedemos, pues, a secarlo en seguida. Lo más práctico es emplear un secador de pelo doméstico graduado preferentemente a aire frío o, en su defecto, a la mínima temperatura.
6 La base del paragüero estaba encolada al cuerpo con cola comercial de tipo universal. Es conveniente eliminar totalmente cualquier rastro de ésta antes de aplicar el nuevo adhesivo. Reblandecemos la cola con acetona, y la aplicamos con un fragmento de algodón enroscado al extremo de unas pinzas. Con un bisturí (como en este caso), una cuchilla afilada o un cuchillo corriente levantamos y desprendemos los fragmentos de cola antiguos.
7 Unimos la base encolándola con pegamento universal transparente, siguiendo las instrucciones del fabricante en el envase. Este tipo de pegamentos es reversible y fácilmente eliminable con acetona, por ello resulta muy adecuado para este tipo de restauraciones.
8 Encajamos la base sobre el cuerpo del paragüero y la fijamos efectuando presión sobre ella. Una pesa de balanza o cualquier objeto pesado servirá para presionar la pieza. Es recomendable intercalar un fragmento de papel (como en este caso), goma o madera entre el objeto y la pesa para prevenir posibles arañazos o marcas. Dejamos secar el pegamento durante 24 horas.
9 Transcurrido este tiempo, damos el acabado final, que contribuirá por igual a embellecer y proteger el mimbre. Con un pincel ancho de pelo suave damos una mano de cera líquida para muebles y dejamos secar.
10 Frotamos toda la superficie con un cepillo para ropa hasta conseguir un brillo satinado uniforme.
11 El resultado final es un paragüero de aspecto muy atractivo, sin problemas de conservación y muy sólido que vuelve a tener la utilidad para la que fue creado, embelleciendo, además, la entrada de la casa.
Agradecimientos: Este texto es un fragmento del libro Técnicas Decorativas Restauración y Renovación de muebles de Parramon.
Fotos: Canastosdemimbre.com y Parramon