¡No paramos de reciclar y mira que nos gusta! Nos encanta ver la nueva cara de muebles que parecían anticuados, chapados a la antigua y darles una segunda larga vida.
Hoy es el turno de la camarera que nos trae nuestra amiga Patricia y que dormía en el trastero desde hace muchos años. Un anticuado mueble camarera con formas redondeadas, elaborado con mimbre y fibras naturales y muy típico de la década de los 90. Una pieza con gran potencial para introducir en la decoración actual y aportar un aire retro a nuestro hogar.
Un blanco fácil Para darle un giro de 360 º, Patricia pensó como no, en la amada pintura decorativa. Esta vez, se decantó por el color blanco. Un color atemporal y neutro que nunca pasa de moda y que viste de luminosidad cualquier espacio.
Antes de aplicar la pintura, limpió muy bien con un trapo húmedo la superficie del mueble y lijo un poco la superfie. Después aplicó imprimación para asegurar la adherencia de la pintura final. Utilizó una pintura al agua, respetuosa con el medio ambiente y consiguió su propia camarera reciclada.
Aquí os mostramos el antes y después de un mueble camarera vestido y transformado totalmente en una pieza diferente, aunque con la misma funcionalidad de antaño.
¿Qué os parece el último trabajo de Patricia? Si tienes uno parecido, anímate y goza de las ventajas que te ofrece la pintura decorativa.
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