Ni recuerdo los años que tendrá este taquillón. Ha estado siempre en casa de mis padres... desde que tengo uso de razón. El pobre estaba ya arrinconado en el garaje, desvencijado y lleno de desconchones... de verdad que estaba indecente y ya era hora de prestarle un poquito de atención y darle una segunda oportunidad. Se la había ganado, después de tanto tiempo acompañándonos.
Como es habitual, me acordé de hacerle una foto cuando ya había empezado a lijarlo. Como estaba en casa de mis padres, tampoco tenía la cámara a mano, así que la foto del antes está hecha con el móvil, pero yo creo que os va a permitir haceros una idea de cómo estaba:
Y precisamente en este primer paso del lijado es cuando me llevé el gran chasco: bajo las capas de pintura del sobre no encontré una madera veteada preciosa, como yo tenía la ilusión de descubrir. Me hubiera encantado dejar esta parte con su madera natural, bien pulida y quiza teñida... Pero no, no encontré eso. Ni siquiera encontré madera... un simple conglomerado!!!
Creo que en la foto se aprecia. Me dieron ganas hasta de llorar, si lo hubiera sabido no lo hubiera lijado tan a fondo, pero bueno, ya que había asomado, había que terminar de lijar todo el sobre para al menos dejarlo igualado, y ya decidiría qué hacer.
Aquí está ya lijado. Además del sobre, lijé completamente el zócalo inferior porque estaba especialmente mal, e insistí también bastante en las molduras para reducir los desconchones que hubieran arruinado el trabajo posterior. En los bordes inferiores de los cajones y la puerta derecha he dí un poquito de pasta de madera porque estaban muy irregulares.
Además, a uno de los relieves de la puerta izquierda y al de la parte inferior del mueble les faltaba un trocito. Luego os cuento cómo lo solucioné.
Como lo iba a pintar y lijar en casa, protegí bien el suelo con papel Nerpel de doble encintado, que tiene una resistencia increíble. Todo el tiempo que he estado trabajando con el taquillón, he tenido puesto el mismo papel: ha caído pintura, polvo, agua... hasta el aspirador he pasado un montón de veces por encima de él y lo he limpiado con una bayeta húmeda. Aguanta todo.
Cada vez me doy más cuenta de lo importante que es utilizar el material adecuado a la hora de pintar, ya que de ello puede depender el ahorro en tiempo y pintura. Tanto la lija de diferentes grosores y con un práctico soporte, como la cubeta con fundas de plástico de usar y tirar, el removedor de pintura que evita las dichosas burbujas y además nos permite abrir fácilmente las latas de pintura, etc. son de Nespoli Rulo Pluma. Muy recomendables sus artículos, la verdad.
Mi madre tenía clarísimo que quería su taquillón en un verde antiguo, y por otra parte yo quería un acabado un poquito desgastado. Hubiera podido utilizar el color de base que ya tenía el mueble, pero al haberlo lijado tanto por algunas zonas, preferí volver a pintarlo para dejarlo todo uniforme. El tono que elegí fue el blanco antiguo de la chalk paint de Xylazel.
He pintado prácticamente el mueble entero con rodillo, excepto las molduras y relieves. Con dos manos ha quedado perfectamente cubierto.
Mi intención era pintar puertas y cajones completos en verde y después desgastarlos, insistiendo en las molduras y rosetones, de forma que se viese bastante el tono claro en ellos. El caso es que una querida amiga, Gracia, del blog Ideas con Gracia, me enseñó unas fotos de un mueble también con molduras en las puertas que habían restaurado en su taller, pintándolas completamente (no únicamente desgastadas) de un tono distinto al de las propias puertas. Me pareció una verdadera preciosidad... pero también algo muy difícil de hacer sin un pulso extraordinario.
Pero "me piqué", claro. Así que me dediqué a tapar completamente las molduras y los relieves, que parece una tontería pero no es nada fácil. Al menos, requiere muchísima paciencia, de la que yo ando escasa jajaja.
En lugar de cinta de carrocero tradicional, utilicé cinta washi especial para este tipo de trabajos. Es más flexible, por lo que permite hacer giros con más facilidad, y lo mejor es que es resistente pero no daña la pintura en absoluto al retirarla.
Aquí os muestro las puertas ya pintadas en chalk paint verde laurel también de Xylazel y las molduras en blanco antiguo.
El mismo procedimiento con los cajones.
El interior, por supuesto bien limpio y pintado.
En cuanto a los tiradores, os podéis imaginar cómo estaban de sucios:
Primero los fregué bien con agua caliente y jabón. Ya se podía apreciar la diferencia entre uno y otro.
Después, lana de acero. Es milagrosa, quedaron relucientes!
El siguiente paso fue forrar los cajones con tela. Me gustó mucho esta de estilo shabby que además combinaba perfectamente con los tonos del mueble. Un retalito cortesía de Tapicería Riquelme jajaja.
El paso a paso lo explica perfectamente otra amiga muy querida, Montaña en su blog Trastos en el Doblao , así que os remito a él mediante este enlace para verlo en detalle, y sólo os explico a grandes rasgos.
En primer lugar, hay que endurecer la tela en agua y alkil/cola blanca.
Dejamos secar la tela sin escurrir y planchamos protegiendo con papel vegetal.
Y a pegar!
Ya no podía retrasarlo más... tenía que buscar una solución a esto:
Y a esto:
Se me da fatal, pero con un poquito de pasta de modelar, traté de reproducir los dos trocitos que faltaban.
Una vez secas las piezas, las coloqué en su lugar, fijándolas bien con un poquito de cola y cubriendo la unión con la misma pasta. Un poquito de pintura y listos.
Sé que no están perfectos, pero de lejos ni se nota jajjaja.
Os voy enseñando el resultado.
Y ahora que habéis visto lo estupenda que es la lana de acero para abrillantar y dejar como nuevos tiradores viejos, voy yo y los "mancho" de pintura jajaja. Limpiarlos era necesario, no los iba a pintar con tanta suciedad debajo, pero me gustan mucho más integrados de esta forma en el mueble. Un poquito de la misma pintura aplicada a pincel seco.
El estante interior también lo he forrado con tela, hay que cuidar bien los acabados... ahora va y dice mi madre que le da pena guardar cosas en el mueble...
Para terminar, un estarcido muy suavecito, realizado con una plantilla con motivo de arabesco de otra amiga, Lucía, de Momentos Vintage.
Un mueble que ha requerido bastante trabajo, pero que ha merecido la pena porque a su dueña le ha encantado, que era el objetivo. Espero que os guste.
Un viernes más, me sumo al Finde Frugal de Marcela. Os esperamos!