Un ejemplo muy popular son los instrumentos para medir el peso. La cocina es un arte de cantidades y proporciones, con algo de encantamiento mágico, y las balanzas y los pesos antiguos nos atraen con especial fascinación. A continuación veras algunos ejemplos que enviaron los foreros dejando una huella cálida, popular y hogareña.
Anavazvaz encontró una balanza antigua, y su primera idea fue pintarla. Al final decidió que le gustaba más al natural, lo que nos parece un completo acierto. “La decapé bien y la barnicé con barniz especial para metales”. Los platillos de igual manera fueron tratados meticulosamente con un limpiador específico, hasta obtener un aspecto impecable y lustroso.
Otra balanza recuperada por Anavazvaz: “Estaba pintada y yo le quité la pintura porque no me gustaba. Creo que los colores que tenía tampoco eran los originales”.
Cucos nos enseñó una ceremoniosa y elegante balanza, que posiblemente prestó servicios en una antigua botica. La limpió cuidadosamente con agua y jabón natural, usando un estropajo blando para no rayar la pieza. “Estaba negra”, declara nuestra lectora. ¡Realmente cuesta trabajo imaginarlo!
Gatagris tiene gran cariño a esta balanza heredada de su abuela, por eso no quiere renovar su tono verde, envejecido naturalmente. “Me da miedo quitarle personalidad al pintarla”. Lo que sí piensa hacer es abrillantar más los platos, “los he limpiado con varios limpia metales específicos y no consigo que brillen ni que se les quiten las manchas interiores que tienen”. Seguro que nuestra habilidosa lectora consigue un nuevo triunfo.
Las ferias medievales, tan populares hoy día, son un yacimiento de artilugios y cachivaches tradicionales. Balanzas de todo tipo, sobre todo las romanas, tienen notable presencia, y la profusión de estos eventos por toda la geografía hace que cada vez resulte más sencillo obtener un entrañable peso para nuestra cocina.
Vallibona es una apasionada de los utensilios tradicionales, como podemos deducir viendo un cálido rincón en su casa de campo. Siguiendo el criterio de muchos anticuarios profesionales, Vallibona limpia este tipo de piezas cuidadosamente, procurando no eliminar la pátina del tiempo.
Y como singular broche de oro, tenemos la báscula comercial recuperada por Vorokowe. “Es uno de los pesos que tenía mi abuelo en el primer negocio que montó, una frutería. Cuando me hice con ella estaba cubierta de mugre y telarañas, no tengo fotos de entonces pero sí les enseño cómo estaba después de pasarle el primer trapito”. Y Vorokowe emprendió animosamente un largo trabajo de limpieza.
“En algunos sitios también le eché un limpiador para grasa. Lo peor fue al desmontar para limpiar el cristal y el mecanismo de la balanza, porque algunos tornillos parecían estar oxidados y temía no poder sacarlos, pero sólo se me resistió uno, los demás seguían en muy buen estado, sólo tenían óxido por fuera”. Vorokowe tiene ahora este deslumbrante adorno en su cocina, haciendo las veces de frutero. “¡Lo mejor es que aún funciona! A mí me gusta mucho, y a la familia y amigos cuando vienen a casa les encanta”. ¡También a nosotros, felicidades!