Este trozo de madera lo encontré una tarde lluviosa de domingo paseando por la playa de Port de la Selva (Girona), un fin de semana que estuvimos de invitados en el apartamento de unos amigos.
Aprovechando que recogíamos caracolas de mar, conchas y alguna que otra botella de plástico que algún “despistado” se había dejado olvidada en la playa, lo metí también en la bolsa. Algo haría con ese trozo de madera viejo, aunque por ahora solo fuese dejar algo más limpio el medio ambiente.
Sabiendo que mi amiga y dueña del apartamento necesitaba un colgador para las llaves, pronto supe que podría con él.
Así que, ¡manos a la obra!
Antes de nada, he lijado la pieza para quitar astillas y redondear un poco más los cantos.
Seguidamente le he dado una capa de pintura color plata y, una vez seca, una capa de color blanco que he dejado secar veinticuatro horas antes de volver a lijar. Insistiendo en algunas zonas más que en otras, le damos un aspecto envejecido mostrando, así, la madera natural y el color plata de la capa inferior.
Para darle un aire más marinero en consonancia con la ubicación del apartamento y, aprovechando un agujero de la madera, le he atado una concha con un cordón rústico trenzado donde he escrito CLAUS (llaves en catalán).
Este es el resultado.
¡Espero que le guste!