A mi me pasa que vas a las tiendas de decoración y o bien los felpudos son extremadamente caros o muy feos. Nunca encontramos nada que se ajuste a nuestras necesidades. Pero, yo he encontrado una solución y la comparto con vosotras.
Como era de esperar… es pintar un felpudo “en blanco” con el diseño que más te guste. Yo elegí el modelo Trampa de Ikea. Lo puedes encontrar en las tiendas por 5€ y que queda genial en cualquier espacio.
Para conseguir nuestro felpudo, sólo necesitamos:
Pintura acrílica
Pincel
Folio y lápiz
Tijeras
Cinta de carrocero
El primer paso que hay que llevar a cabo es seleccionar el diseño que queremos, en mi caso quería un “hola”. Si, una cosa sencilla pero efectiva.
En un folio me dibujé el diseño, aunque en la foto no es que se vea mucho, sorry. Y con cuidado lo recorté a modo de stencil para después poder pintar en su interior. Lo más importante antes de pintar es que el folio esté bien pegado, y para ello usaremos la cinta de carrocero.
Para pintar este tipo de felpudos, lo ideal es ir dando toquecitos con el pincel para que la pintura entre bien por todos los huequecitos. ¡Y ya está!
Si es que lo más sencillo del mundo… lo complicado es decidirte por un diseño.
Un vez terminemos de pintar, retirar inmediatamente el papel y la cinta de carrocero, así evitaremos que se nos quede pegado el papel al felpudo.
Nos tocará esperar a que seque de todo la pintura antes de ponerlo en la puerta, no sea que manchemos todo de pintura!!
Esto lo podéis aplicar a cualquier texto o dibujo que os guste. Y también con los colores que prefiráis. Yo me decanté por el negro por ser el color que más contraste daba, la verdad.
Y así es como queda puestecito en la puerta, a mi me parece de lo más elegante… ¿que os parece a vosotras?
A ver si el próximo post llega pronto y os enseño en lo que estoy trabajando ahora.