Nuestra casa puede cambiar de estilo y decoración conforme pasan los años. Todo es cuando queremos darle un nuevo ambiente a nuestro hogar y es por eso que pintar tu puerta puede darle ese toque extra. Por supuesto no hay que olvidar que incluir nuevos muebles, cortinas y darle un toque de color a tus paredes ayuda también en la ambientación. Sin embargo, lo normal es que esta decoración se vaya ajustando al color de nuestras puertas y rodapiés, pues no suele ser habitual cambiarlos. Eso sí, sustituirlos no es la única opción, pues siempre nos queda la posibilidad de tunearlos para adaptarlos a nuestra nueva estética, y eso es lo que vamos a ver hoy: Cómo pintar una puerta.
Lo primero que vamos a hacer es cubrir el suelo con papel y cinta de carrocero para proteger ante la caída de pintura. Después, si la madera de nuestra puerta está desgastada o tiene alguna pintura o barniz anterior, deberemos lijar bien para retirar todos los restos y conseguir que la pintura nueva que apliquemos no se caiga. En algunos casos concretos en los que el barniz o la pintura no salga bien, igual os tenéis que ver obligados a aplicar un decapante.
En el caso del vídeo, la madera estaba en buen estado, por lo que se decidió aplicar directamente la imprimación, ya que esta sería suficiente para la adhesión posterior de la pintura. Eso sí, se ha escogido un tipo de imprimación todo terreno parar facilitar la adhesión sin necesidad de lijado.
Cuando se haya secado la imprimación (es conveniente aplicar dos capas), debemos comprobar si ha quedado algún grumo o imperfección. Si es así, lijaremos suavemente. Si no es el caso, procederemos a aplicar la pintura, dando tantas capas como sea necesario para cubrir por completo toda la superficie.
¿Os animáis con la tarea?
Foto: facilisimo.com/ Raquelvg83