Hace ya casi tres años que estoy viviendo aquí, al poco tiempo le metí un repaso al salón, lo pinté y arreglé la estantería de obra para que se ajustara a nuestras necesidades. Un día os tengo que enseñar tooodo el antes y después, ejem, cuando lo termine.
Pero la chimenea la dejé para más adelante. Quería aclararla para que no oscureciera la estancia y recuperar la madera del manto de la chimenea.
En estas estaba, con tiempo, con ganas y con una colaboración que surgió con Wagner ¡astros alineados! Toca darle caña a la chimenea.
Manto de la chimenea
Para actualizar la madera, primero la limpié y le quité la capa más gruesa de barniz con decapante. Después sí, ya le tocó el turno a la lijadora.Si te digo la verdad me animé con este proyecto porque probé la lijadora cuando llegó y me encantó. Pensé que con ella iba a ser capaz de dejar bien la madera ¡y no me equivocaba!
La chimenea por dentro
Para el interior, no quería que quedara pintada, sino darle una sensación lo más natural posible.Escogí chalk negro muy diluido (mucho!) en agua. Me gusta mucho el acabado mate que tiene y me parece muy acertado. Yo uso poco la chimenea y el chalk es una pintura con pocos componentes, pero debes tener en cuenta que con el fuego algunas pinturas pueden soltar componentes químicos y estropearse. Para estos casos existen pinturas específicas.
La chimenea por fuera
Aquí sí le di caña con la pistola de pintura. creí que sería ideal para este proyecto (¡y de nuevo acerté!) porque pintar las juntas entre ladrillo a pincel puede ser un infierno y de esta forma fue súper rápido.Sólo hay que cubrir bien alrededor y tener cuidado de que no se nos escape un chorro de pintura por ahí.
Así quedaron después de pasarles un trapito húmedo:
Mi experiencia
Pintar la chimenea y arreglarla ha sido súper fácil. Y la pistola me ha facilitado muchísimo el trabajo, al principio, como todo lo nuevo, cuesta un poco pillarle el punto, pero para este proyecto ha sido todo un acierto aún sin tener experiencia previa.[Colaboración]