Lo que son las cosas, se puede decir que hasta hace cuatro días desconocía que los azulejos se podían pintar y quedar tan bien. Realmente es una forma sencilla, económica y sin obras para cambiar de forma radical su aspecto.
Cuando nos planteamos la reforma de nuestro baño empecé a investigar sobre las posibles opciones para renovar el aspecto de los azulejos sin tener que hacer demasiadas obras o un gran desembolso económico. Buscando por Internet pude ver como se podía cambiar de forma radical el aspecto de un baño o cocina con solo algunas manos de pintura (y un poco de maña).
Tipos de pintura
Una vez decidido que íbamos a pintar el siguiente paso fue investigar sobre qué tipo de pintura utilizar ya que existen varias opciones:
Esmalte especial para pintar azulejos. En un principio parece la solución más obvia ya que se aplica directamente sobre el azulejo (no necesita imprimación). Según la marca se pueden encontrar diferentes acabados (con más o menos brillo) y colores, aunque no existe demasiada variedad. Es la mejor opción si no quieres complicaciones pero también la más cara (entre 25/30 ? un bote de 750 ml).
Pintura epoxi. La pintura epóxica consta de dos componentes, una resina epóxica de alta durabilidad y resistencia y un esmalte epóxico de alto rendimiento. Su uso está especialmente indicado para estructuras metálicas (es la que se utiliza en las barandillas de los balcones), suelos (garajes por ejemplo), muros de hormigón, interiores de piscinas, instalaciones industriales y, en general, cualquier lugar que requiera una pintura resistente y de gran durabilidad. Es más económica que el esmalte especial para azulejos y cuenta con mayor variedad de colores. Por contra, es más laboriosa de aplicar ya que se han de mezclar bien los dos componentes y preparar la cantidad justa que vayamos a usar debido a que su tiempo de vida útil es de 8 a 10 horas.
Imprimación + pintura. Otra opción es dar una capa de imprimación y una de pintura. Sin duda ésta es la opción más económica y la que puede llegar a ser más decorativa ya que puedes aplicar una amplia gama de colores y acabados, si bien en las zonas húmedas sería recomendable aplicar una pintura resistente al agua.
Antes de pintar
Una vez hayamos elegido la pintura que vamos a utilizar es muy importante que tengamos en cuenta lo siguiente:
Limpia muy bien los azulejos para quitarles los restos de grasa, silicona, cal, etc. Para ello puedes utilizar disolvente, alcohol de quemar o acetona.
Masilla y repara las juntas ya que si hay algún defecto después de pintar se va a notar más, será más difícil repararlas e, incluso, puede que salte alguna junta al pasar el rodillo.
Hay que proteger bien la zona que no queremos pintar o necesitaremos rasqueta y disolvente para poder eliminar los restos de pintura (y aún así no será fácil). Del mismo modo, nosotros también debemos protegernos utilizando guantes y ropa vieja que no nos importe que se manche. Tampoco está de más que nos embadurnemos con crema hidratante, evitará que la pintura se adhiera a nuestra piel y sea más fácil de eliminar.
Para evitar que se queden marchas de brochazos o pelusilla, compraremos un rodillo con poro tamaño cero tamaño mediano y otro pequeño (para las juntas techo/suelo y rincones), así como varios recambios. También es conveniente tener una lija muy fina para repasar desperfectos después de la primera mano.
Leer bien las indicaciones del fabricante es imprescindible para un buen acabado. Además de esta forma podrás saber cuánta pintura necesitarás así como los tiempos de secado entre las diferentes capas y de secado final.
Mantener ventilada la estancia ya que este tipo de pinturas suelen ser tóxicas y desprender un olor bastante fuerte. También sería interesante utilizar mascarilla.
Pinta y colorea
Foto: Decorablog.com
Nosotros pintamos con pintura especial para azulejos y estos fueron los pasos que seguimos:
Impregnar bien el rodillo mediano de pintura en la cubeta y pintar de arriba hacia abajo de la forma más uniforme posible. Hay que mirar la pared de tanto por si gotea la pintura y extenderla.
Con el rodillo pequeño hay que ir pintando la junta del techo y del suelo. Repasa también las juntas entre azulejos y las zonas difíciles (detrás del radiador, junto al marco de la puerta, luces de pared, etc.).
Recomiendo dar siempre como mínimo dos manos de pintura. La primera mano suele requerir más pintura que la segunda ya que sirve de imprimación, en nuestro caso utilizamos un bote y medio para la primera mano (1200 ml para unos 11 metros cuadrados de superficie) y uno para la segunda (750 ml).
Hay que tener en cuenta que si se queda algún defecto al pintar (brochazos, burbujas…) éste no desaparecerá con la segunda mano, hay que corregirlo mientras se pinta.
Si el rodillo se deteriora y empieza a soltar pelusas o trocitos de esponja, sustituirlo inmediatamente.
Después de aplicar la primera mano de pintura, esperar rigurosamente el tiempo recomendado por el fabricante antes dar una segunda mano.
Antes de dar la segunda mano repasar todas las imperfecciones con una lija muy fina. Seguidamente limpiar suavemente la pared con un trapo para eliminar el polvillo que se haya podido quedar al lijar.
Tras la segunda mano, no retirar la cinta de carrocero y material que hayamos utilizado para cubrir el suelo hasta que haya transcurrido el tiempo de secado indicado por el fabricante, corremos el riesgo de levantar la pintura o manchar la pared.
Se recomienda no mojar la pared en unos días y no utilizar productos abrasivos para su limpieza. Además hay que tener en cuenta que el secado de este tipo de pinturas es desde fuera hacia dentro, esto quiere decir que aunque al tacto esté seca y se note compacta, puede que la capa que está en contacto directo con el azulejo necesite más tiempo para adherirse de forma correcta.
Espero que todos estos consejos os animen y ayuden si os decidís a pintar los azulejos de vuestro baño o cocina. Para nosotros ha supuesto una experiencia totalmente satisfactoria que no dudaría en repetir.