Como siempre lo primero antes de restaurar un mueble es prepararlo quitando los tiradores y marquetería, lijando y dando una imprimación protectora y preventiva. Una vez hecho esto ya podemos decorarlo a nuestro gusto.
Esta mesilla tiene un estilo Luis XV que quiero destacar pintandolo en dorado, pero para que no resulte demasiado clásico le voy a dar el contraste con un efecto craquelado en blanco.
Una vez he dado la base de color dorado (esta pintura tiene buena cobertura por lo que bastan 2 o 3 capas) y ha secado, tapo las zona que no voy a craquelar con cinta de enmascarar. El craquelado básicamente se hace en 3 pasos que consisten en cubrir la superficie con cola blanca de carpintero sin diluir e inmediatamente después (no se debe secar el pegamento) colocar la pintura acrílica. Ambas operaciones las hago con una esponja ya que se aplica rápidamente y el resultado me parece más bonito que con pincel (donde influye el sentido de la pincelada). Hay que ser generoso con el pegamento cubriendo bien la base del mueble y con la pintura, pero sin pasarse, coge pintura con la esponja pero quita el sobrante antes de aplicar como harías con una brocha, debe quedar todo el pegamento cubierto por la pintura sin transparencias pero con una fina capa ya que el último paso es secarlo con un secador de pelo y si la capa es muy gruesa seca mal y hace menos craquelado. Existen productos especiales para craquelar que sustituyen la cola y donde no es necesario usar el secador pero su coste es más elevado.
Para finalizar he querido envejecer las patas doradas con betún de judea ya que al tener relieve este producto penetra muy bien en las hendiduras haciendo un efecto de claroscuro. Para conseguirlo hay que aplicarlo con una brocha o pincel e inmediatamente después limpiar el betún con un trapo provocando que se oscurezcan más las zonas profundas que hacen el dibujo.
Por último he dado un barniz transparente a todo el mueble y he hecho un nuevo agujero para colocar los tiradores de Zara Home.