A una le faltaba el respaldo y a las dos el asiento. Creo que había llovido por ellas y este era su estado.
Y así, en este estado, estuvieron algún tiempo hasta que le llegó su turno. Después de un buen lijado, una mano de imprimación y varias manos de pintura blanca mate, este es el resultado.
Pero es que estáis viendo las dos sillas, porque mi marido, que es un manitas, le hizo el respaldo a la otra silla.
Y, después de un estarcido (no consigo cogerle el punto) con una plantilla de Lucía de MOMENTOS VINTAGE y un tapizado, este es el resultado.
Ya os enseñaré el sitio que le tengo reservado en mi casa. Feliz fin de semana a todas y todos (yo estaré de fiesta porque en mi ciudad se celebra una feria medieval), os agradezco vuestros comentarios.