ANTES
Ya está: otro baúl terminado. Esta vez, es el baúl de lino. En realidad, lo llamé así para diferenciarlo de los otros y también porque hasta ahora tenía un revestimiento de lino por todo el sobre.
Os conté en el post anteriorque necesitaba un tratamiento y un cambio de look. El lino me gustó durante más de 10 años pero ya, con el suelo claro, me gritaba el cambio.
Retiré toda la tela tanto en el sobre como dentro. Al igual que el otro baúl, tuve que desprenderme también de capas y capas de papel que estaban pegadas en el interior; confieso que esto es lo que más trabajo me dio.
Cuando retiré el lino del sobre, me encontré un material indescriptible que había sido pegado a la madera pero que, una vez mojado con amoniaco, se pudo retirar bastante bien con una espátula. De esta manera, dejé la madera original completamente al descubierto. Traté con anti carcoma toda la pieza y la dejé varios días envuelta en plástico. Por cierto, en el medio del proceso, pude rescatar dos etiquetas de equipaje: ¡los viajes en tren que hacía mi madre! Enmasillé, lijé, puse dos capas de primaria en el interior y en la parte exterior que va al suelo y finalmente, puse cera incolora con pistola de calor. Una vez, vi en el programa Reciclarte(con Chus Cano), cómo recuperar etiquetas o imagenes sin romperlas y volver a recuperarlas. Fue una tarea meticulosa pero salió todo bien; las vais a ver de vuelta, pegadas en el baúl. Para terminar, le pegué 4 piezas de fieltro en la base de apoyo para que deslizara sin rayar el suelo.
Ahora es una pieza completamente restaurada, nutrida y con aspecto natural. Pondré las imágenes del ANTES y DESPUÉS y luego el proceso completo del trabajo.
DESPUÉS
Las etiquetas superpuestas
Anne
anne charriere