Pues en este caso he tenido la suerte de poder saber algo de la historia de este mueble.
Este mueble siempre me ha gustado pero no había tenido la oportunidad de indagar más en el, pero tuve la suerte de venderlo y como siempre hago cuando cuando llega un mueble al taller es mirarle hasta el último rincón.
Que maravilla cuando abro las puertas y me encuentro que en la trasera que sujetaba los espejos había anotaciones.
No os podéis imaginar la cara que se me puso, abrí los ojos de par en par y no daba crédito.
Creo que esta es la imagen más tierna que nunca me había encontrado en mi vida profesional.
Este mueble me estaba contando su historia, el día en el que estrenaron una casa, ¿como sería esta familia?
Tenía apuntados los teléfonos de la familia y los amigos
El teléfono del carbón
El teléfono de la vaquería donde seguro que tenían una leche estupenda
Y los huevos seguro que eran más grandes que los que comemos ahora.
Con esto ya me fui haciendo mi imagen de la familia, grande, con niños pequeños.
También me encontré la receta de un bizcocho
Y la factura del aceite, fijaros que precios y seguro que era aceite del bueno
Y cuando desmonté los espejos me encontré con la etiqueta de donde se hicieron
Fijaros que preciosidad de etiqueta, bueno esto si que es una gozada porque además está perfectamente conservada.
He querido investigar más sobre esta fábrica de espejos y me encontrado una reseña del ABC, sobre su inauguración en 1927.
Hay veces que hasta el más humilde de los muebles nos puede esconder una maravillosa historia.