Siempre he visto 2 butacas mecedoras de madera…bueno, realmente mecer mecer, solo mecía una. La otra no la ví nunca como tal porque en algún momento se partió uno de sus arcos mecedores y alguien decidió cortarle los 2 y dejarla como sillón….yo siempre la conocí así,…era el sillón de mi abuela.
En estos últimos años estaban en el dormitorio de mi tía como descalzadoras….pero los años pasan para todos (tendrán unos 50 años) y ya era un peligro sentarse en ellas,…los asientos se habían roto.
Mi tía siempre me decía que con algún tornillo o puntilla se podría arreglar pero la madera del asiento estaba podrida…había muerto. La única solución era llevármelas, desmembrarlas, sustituir piezas, reparar otras, y ya que estamos, darle un toque más actual, más atrevido,…mezclando texturas, colores,….ayyyy, que ya me estaba emocionando.
Bueno, pues al taller llegaron las 2 butacas y como siempre examinar los daños.
Daños???.Los tenían todos!!. Palos de las estructuras de los asientos completamente rotos, brazos desencajados y vueltos a encajar con escuadras, carcoma en ciertas zonas, múltiples capas de barniz muy deteriorado, tapicería, fea, en mal estado y cinchas rotas,….y son 2!!
La mecedora que no mecía, decidí dejarla así, como sillón…Siempre la conocí así y así seguiría.
Bueno, que no cunda el pánico, vamos a desmontarla. Ya os he comentado en alguna ocasión que si el mueble a restaurar tiene su estructura fuerte nunca hay que desmontarlo. La madera es caprichosa y cuando separamos las piezas luego puede costarnos mucho volver a encajarlas. Pero en nuestro caso las piezas estaban prácticamente sueltas, había que desmontarlas para posteriormente encajarlas debidamente.
Al ir desmontando, peor se mostraba el panorama. Los4palos que formaban el asiento estaba destrozados por la carcoma y se habían roto…irreparables, había que sustituirlos y se los encargué a un carpintero.
Las espigas que encajaban los brazos estaban rotas y habían sido parcheadas por escuadras. Habría que crear nuevas espigas y eliminar las escuadras.
El tapizado?. Sustituirlo por completo. Las zonas de carcoma, aparte de los palos de los asientos, no eran muchas y decidí restaurarlas.
Una vez desmontadas, guantes y decapar. Ese fue el trabajo de batalla pero lo que llevó mucho más tiempo fueron las múltiples reparaciones que había que hacer.
Tratamiento y reparar las zonas dañadas por la carcoma
En muchas zonas se habían ido poniendo escuadras para sujetar lo que se iba deteriorando. Como ahora íbamos a conseguir reforzarla de forma natural, había que tapar las zonas donde habían estado dichas escuadras. Trocitos de madera, cola y pasta de madera.
Llegó la hora temida de volverá montar las piezas. Coloqué los palos nuevos del asiento, con tubillones hice las veces de espigas en las zonas donde estaban rotas, buena dosis de cola y cuerda fuerte y gatos para lograr que encaje y no se mueva mientras seca.
No le notáis nada raro?. Yo Tampoco le vi nada extraño…pero eso os lo cuento al final.
Al secar la cola quedaron sujetas y fuertes pero en algunas zonas quedaban huecos. Con trocitos de madera encolada unifiqué las zonas que quedaban separadas. Al secar, se lija todo para igualar y limpiar.
Tocaba decidir sus vestidos. A ver Gema, estas butacas han vivido la generación de tus abuelos y de tus padres. Hoy las estoy arreglando para que duren otras generaciones, la mía y los de detrás, el mundo, la moda, las tendencias han cambiado así que si van a formar parte de este mundo actual, de mi mundo, tendrán que amoldarse a él, a mí.
Me gusta combinar estilos y texturas así que decidí teñir la madera con un tinte avellana un poco oscurecido. Quería dejarlas naturales pero con tono, así que posteriormente le di brillo natural con cera oscura.
Siguiente paso, prepararlas para el tapizado con cinchas de tapicero y grapas. No veis algo raro?
Gomaespuma y guata. Algo raro?
El tapizado era donde quería darle mi toque. No me gustan demasiado las sillas tapizadas con la tela de tapicería. Esas telas me encantan pero no para tapizar sillas,…soy un poco rara pero bueno, me apaño.
Según me contaron las butacas tuvieron originariamente asientos de enea. Cuando se deterioró las tapizaron con la polipiel beig con el que yo siempre las conocí. Bastante soso pero la polipiel ha evolucionado mucho y hoy se encuentran en numerosos estampados, colores y texturas. Sí. me gusta pero hay que encontrar la adecuada.
Finalmente me decidí por una textura caimán color berenjena….así, a lo loco total.
Para que un tapizado quede bien hay que hacer un minucioso trabajo previo. Medir, presentar muchas veces sobre la pieza, cortar, volver a presentar…Y a la hora de grapar hay que ir tensando bien y ajustando…es un vestido a medida y entallado.
Para ser ya una detallista total y hacer un trabajo fino, forré también el reverso del asiento para que las cinchas no quedasen a la vista
No habéis observado algo raro entre las 2 butacas?. Trabajé en ellas durante 6 meses de taller, viéndolas cada semana y cuando terminé y me las traje a casa mi tía me dice: Gema, los brazos de una están cambiados de posición. El derecho está en el izquierdo y al revés. Cómo????!!!…No me lo podía creer. Y lo peor es que me negaba a dejarlas así, y era consciente de lo bien pegadas que estaban.
Afortunadamente, el cambio fue más fácil de lo que esperaba…fue más grande la pataleta que pillé conmigo misma.
Me llevó 6 meses de taller repararlas. Una mece, la otra hace tiempo que no puede. Hoy forman parte de mi vida diaria. Están fuertes, sanas y tienen un vestido acorde con los nuevos tiempos que van a vivir sin parecer estar disfrazadas. Son atrevidas y serias, fuertes y delicadas, locas y estables,…son como yo quiero ser cuando sea mayor.