Las cuerdas en el bricolaje que aconsejamos emplear son las que se utilizan en náutica, dadas sus garantías de resistencia y duración. Diseñados para trabajar en las condiciones más extremas de carga y corrosión, los cabos ofrecen la máxima garantía para cualquier necesidad de sujeción en el hogar. Veamos algunos ejemplos.
Aquí os mostramos diversas cuerdas muy aptas para el bricolaje. Las dos finas son drizas del número 4, calculadas para aguantar más de 300 kilos. Las hay en muchos colores, que podemos escoger en armonía con la decoración del lugar donde las emplacemos.
Conoce las diversas cuerdas en el bricolaje:
Esta es una cuerda de la clase llamada escota. La funda exterior es más blanda, por ello se ha escogido para asegurar una hilera de estanterías metálicas de gran altura, sin que la presión dañe las aristas de la columna.
El sencillo especiero se ha fabricado con tablas de un palet pequeño. Y como sujeción de los botes sirve muy bien la driza, que ofrece la debida resistencia sin que haya molestos golpes al colocar las especias.
Nueva prestación de las cuerdas como barandilla. Esta plataforma se destina a almacenar sombreros, y aquí el grosor de la cuerda tiene sólo funciones estéticas.
Otros accesorios náuticos tienen inmejorable utilidad en las casas. La pieza que vemos en la imagen se llama cornamusa, y sirve para afirmar rápidamente una cuerda sometida a tensión. En este caso es el amarre de la plataforma que hemos visto en la imagen previa.
En los ángulos del recorrido podemos servirnos de las poleas normales para los tendederos. La que vemos en la imagen se ha anclado en el techo con taco químico.
Para finalizar, otra aplicación de los serviciales cabos náuticos. Con unas baldas de contrachapado y unos metros de driza del número 4 hemos fabricado una sencilla estantería colgante, barata y muy práctica, que se instala en un rato y sólo requiere dos fijaciones.