Lo primero que debemos hacer es colocar en el piso un plástico si es que vamos a trabajar en interiores para no ensuciar y poder retirar fácilmente los restos de yeso que caigan al suelo; aunque es muy fácil de limpiar. Ya puesto el plástico o papel periódico, lo que debemos hacer es tomar un recipiente (el tamaño dependerá de la superficie a cubrir) y llenarlo de agua pero no hasta el límite para que quepa el yeso y podamos mezclar.
Ya que tenemos el agua, debemos tomar el yeso y espolvorearlo en el agua a manera de lluvia para que no se formen tantos grumos. Debemos esperar a que se absorba toda el agua para que sea más sencillo mezclarlo y que quede homogéneo.
Puede suceder que cuando estemos espolvoreando llegue a formarse una especie de isla de yeso sin remojar en el recipiente; no debemos preocuparnos por eso, debemos verter todo el producto.
Dejamos reposar unos minutos hasta que toda la mezcla esté pastosa. Este es un punto muy importante ya que muchas personas pierden la paciencia y rápidamente pasan de espolvorear a mezclar y forman grumos que al momento de aplicar se convierten en un problema.
El yeso debe tener una consistencia específica para que el trabajo sea más parejo y evitemos escurrimientos; ni muy aguado ni muy espeso pues seca rápido y nos puede dificultar la aplicación. Debemos tomar buenas cantidades del producto y aplicarlas sobre la pared limpia con la paleta y la llana que se usan en conjunto, en la llana se pone la pasta de yeso y con la espátula se extiende.
Luego de aplicar la pasta debemos esperar a que seque totalmente antes de aplicarle algún tipo de pintura; ya que si lo que buscamos es darle textura, debemos aplicar y dejar secar algunos minutos para luego crear las formas en la pared.
Es importante seguir estos pasos si lo que estamos buscando es emparejar paredes de nuestro hogar.