Para nuestra caseta, vamos a necesitar un tablero de unos 15 milímetros de grosor, aproximadamente y unos listones. Lo primero que haremos será cortar los listones y el tablero, según la medida que queramos que tenga la caseta, dependiendo del tamaño de nuestro perro. Podemos hacerlo con una sierra de calar o pedir los tableros ya cortados en el centro donde los compremos.
Una vez que tenemos todas las piezas listas, vamos a ir colocando los tableros en forma de cuadrado o rectángulo. Debemos sujetarlas con unas escuadras. Mediante un taladro con broca avellanadora, hacemos primero los agujeros para luego insertar los tornillos. Podemos dejar la base sin nada, para que el animal se apoye encima de césped, por ejemplo, o colocar una base con el mismo tablero, que sujetaremos del mismo modo con la escuadra. Por último, colocaremos la puerta, que podrá ser un trozo de tablero con un agujero amplio o directamente dejarlo sin nada, como prefiráis.
El siguiente paso es opcional. Se trata de pintar la caseta para obtener tanto un efecto decorativo como protector. Aplicamos una imprimación selladora, en primer lugar, y después un esmalte acrílico del color que más nos guste. Con esto vamos a conseguir que la madera dure más tiempo, aunque podemos dejarlo simplemente con el color de la madera.
Por último ya sólo queda colocar el tejado, que será otro tablero igual o dos tableros juntos en forma de triángulo. Una vez que lo apoyemos y esté bien sujeto, lo ajustamos con unas bisagras primero y después fijamos con un pestillo, para que no se mueva.
¡Ya tenemos nuestra caseta! Con este sencillo trabajo, conseguiremos que nuestro perro disfrute con nosotros los días de verano. Una vez que situéis la caseta dentro del jardín, es aconsejable orientarla hacia el sur.
¿Hacemos una caseta para nuestro perro?