Limpieza.
Le quitamos los cristales rotos que aún tenía, le dimos un buen lavado con un trapo mojado en una disolución de agua con un 10% de amoniaco y lo dejamos secar un día entero para que estuviera listo para nuestra chalk paint.
Primera mano. Cielo de verano.
Hacía tiempo que quería utilizar el cielo de verano. Me parece un color precioso y con la primavera ya encima estaba deseando usarlo. Así que no lo dudé y le dí una primera mano de este azul tan bonito.
Preparando fondo con casi negro.
Después de dar la primera mano pensé que iba a quedar un poco sosa. Es una superficie pequeña y aunque la decapara sabía que no me convencería el resultado final. Buscando inspiración me vino a la cabeza la imagen de esas antiguas escaleras de madera de los pintores, manchadas por su uso en cientos de trabajos, y decidí darle ese efecto. Lo primero que hice fue pintar con casi negro, pero no cubriendo todo el marco sino manchando la superficie esporádicamente para que luego se viera ese fondo más oscuro en algunas zonas. La idea era conseguir un mayor contraste que el que la madera sola podría dar.
Segunda mano con cielo de verano diluido. Lijado.
Como lo que quería es que la pintura casi negra (qué bien describe su nombre este color) que había dado se adivinara por debajo, necesitaba que la segunda mano dejara entrever las partes oscuras, así que la apliqué diluyendo la pintura con un 30% de agua.
Una vez seco, la lijé tanto por los cantos como por el frente (con menos intensidad). El resultado empezaba a ser el que yo quería. En algunas partes dejaba al descubierto la madera y en otras, en las que lijaba menos, el casi negro.
¡Cuidado, que salpico!
Llegaba el momento de las salpicaduras. Elegí el blanco nieve y el casi negro de nuevo. Para realizarlas basta con utilizar un pincel con las cerdas duras o, si no lo tienes, simplemente con un cepillo de dientes. Hay que controlar la pintura que usamos y la fuerza dependiendo de la cantidad de salpicaduras que queremos. En mi caso lo hice con poquita pintura y suavemente, ya que solo quería unos leves toques.
Usando la cera para crear una veladura
El siguiente paso lo hice usando la técnica que expliqué para pintar esta mesa. Di una mano de cera y tras quince minutos de espera la pulí. De esta forma podemos dar pintura aguada con un trapo sin llevarnos la de debajo, ya que la hemos sellado con la cera.
Mezclé el cielo de verano con un toque de blanco nieve (un 10-20% aproximadamente) para aclararlo un poco y lo diluí al 50%. Esa mezcla la apliqué con un trapo limpio de la misma forma que se aplica la cera, con pequeños movimientos circulares al principio y conforme se iba secando con otros alargados para homegeneizarlo todo.
Y una vez seco, sus dos capas de cera de rigor para finalizar el trabajo y listo. Así quedó.
Solo me queda decir que este efecto aplicado en una vieja silla, por ejemplo, tiene que quedar espectacular.
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