Herramientas necesarias
* Flexómetro o metro flexible,* cúter,
* cordel para marcar,
* pincel,
* rodillo,
* maza de goma,
* lijadora,
* taladro/destornillador,
* agitador,
* espátula dentada.
Preparación del trabajo sobre un suelo entablado
El primer paso para acondicionar el suelo donde colocaremos el corcho es limpiarlo de polvo y suciedad para conseguir una buena adherencia. También debe estar perfectamente nivelado ya que este material se adaptará al relieve que tenga el suelo.No podemos pegar directamente las baldosas de corcho sobre parqué. Antes debemos desengrasarlo y eliminar por completo el barniz de la madera. El uso de una lijadora específica nos facilitará en gran medida este trabajo.
En superficies muy irregulares como entablados o suelos donde las vigas han cedido con los años, construiremos un entablado de conglomerado o contrachapado con un espesor mínimo de 10 mm. y lo colocaremos perpendicularmente a la dirección del corcho. Lo fijaremos con tornillos de cabeza avellanada cada 20 cm. y dejando un espacio de 5 cm. con las paredes.
Una vez hayamos forrado todo el suelo tendremos que disimular las juntas entre cada madera y los agujeros de los tornillos. Con una espátula aplicaremos una masilla especial para rellenar todas las juntas y orificios. Una vez seca, la lijaremos. Cuando la masilla se haya endurecido pasaremos una pulidora o una lijadora excéntrica hasta que nos quede totalmente lisa. Después, quitaremos el polvo.
Preparación sobre suelos pegados
Los revestimientos adheridos al pavimento como moquetas, baldosas de plástico, vinilos o linóleos debemos arrancarlos con algún producto que contenga disolventes para la cola utilizada en su fijación. El proceso es: rasparlo para quitarlo, lijarlo (mejor con una máquina especial, si es necesario la alquilaremos) y pasar la aspiradora una vez haya quedado liso.El suelo no debe ser muy poroso. Para comprobarlo verteremos una gota de agua en él y, si en 3 minutos es absorbida, tendremos que darle una capa de imprimación (mezclar agua con una emulsión plástica). Luego la aplicaremos abundantemente con un rodillo consiguiendo una superficie que fija el polvo y mejora la adherencia.
Si el suelo tiene grietas o agujeros, los taparemos con una masilla. En el caso de pequeñas grietas, las debemos hacer más grandes con un martillo y un cincel para taparlas con abundante material (si son pequeñas, la masilla se desprendería con el tiempo). La masilla se prepara montando el agitador en el taladro y se aplica con una paletina o rasqueta.
Antes de tapar los agujeros con la masilla, habremos preparado la pasta niveladora que dejaremos en reposo durante 15 minutos (mientras tapamos los agujeros con la masilla). Con una espátula o llana extenderemos el producto por el suelo. Es un producto autonivelante, es decir, que el mismo quedará totalmente plano y liso. En función del estado del pavimento, aplicaremos una o dos capas; pero nunca superando los 6 cm. de altura. La dejaremos endurecer durante unos días.
Cómo se instala
Empezaremos colocando las baldosas de corcho de la segunda fila y no de la primera, como sería de prever. Esto se debe a que, normalmente, las paredes no están totalmente rectas. Con el cordel para marcar trazaremos una línea bien recta, por ejemplo: para baldosas de 35 cm. trazaremos la línea a 25 cm. de la pared. Para aplicar la cola al suelo utilizaremos el rodillo de pelo corto y el pincel plano para los bordes y esquinas. Empezaremos colocando dos filas de baldosas a lo largo del cordel para saber cuántas tendremos que preparar.El sistema para pegar las baldosas es: encolar su parte inferior y colocarlas boca arriba hasta que la cola se haya secado al tacto. Encolaremos la siguiente serie mientras se seca la primera. Colocaremos la primera baldosa junto a la pared siguiendo la línea marcada con el cordel. El corcho tiene la propiedad de que, una vez barnizado, ya no se deformará como consecuencia de los cambios de humedad y temperatura, es por ello que lo colocaremos pegado a lo largo de la pared.
Una vez situada la baldosa de corcho en el suelo con la pega, ya no se puede rectificar su posición. Para moverla tendremos que despegarla con una espátula y volverla a colocar correctamente. Una vez bien colocada, la golpearemos con el mazo de madera o goma.
Cogeremos la segunda baldosa y la colocaremos contra el borde de la primera y siguiendo la marca del hilo. Una vez ajustada, la golpearemos ligeramente con el mazo para asentarla, teniendo cuidado de no apretarla demasiado para no deformarla.
La segunda fila de corcho la empezaremos con media baldosa. La mediremos, marcaremos la línea de corte y, con una regla metálica como guía y el cúter, la cortaremos. El corte que realizaremos será en bisel dejando la capa superior un poco más grande que la inferior.
A lo largo de las paredes
Cuando hayamos colocado las dos primeras filas ya podremos ubicar la fila en contacto con la pared. Primero tomaremos la media y cortaremos las baldosas teniendo en cuenta si hay algún obstáculo, en cuyo caso también le daremos forma. Posteriormente las encolaremos y las pegaremos. Después podremos seguir con el resto de la habitación.Una vez todo el suelo esté instalado, aplicaremos un barniz de poliuretano. Para ello empezaremos protegiendo los zócalos con cinta para pintar. Los bordes y los rincones los haremos con el pincel y el resto con el rodillo, aplicando una espesa capa que cubra bien todas las juntas y agujeros a modo de tapaporos. Una vez bien seco lo lijaremos hasta que quede bien liso para poder aplicar las sucesivas capas.
Sobre un suelo de corcho nuevo debemos aplicar tres capas de barniz. La primera se extenderá en sentido longitudinal a la habitación, la segunda y la tercera serán cruzadas. Las dos primeras capas las dejaremos secar de 3 a 6 horas y la tercera durante al menos 10 horas. Al cabo de una semana el suelo ya tendrá la dureza correspondiente.