Un objeto con historia ya nos dice algo. Claro que tal vez la historia no es tan larga y queremos que si lo parezca, para esto es que existen varias y muy simples formas de envejecer objetos de materiales diversos.
Algunas de las técnicas más comunes
Un dato importante es practicar un poco antes de usar sobre el objeto. Es simple pero requiere de ese mínimo de práctica para que quede con la tonalidad perfecta que estamos buscando.
El craquelado
El craquelado es una de las más conocidas. Esta técnica da a las superficies ese aspecto resquebrajado que solo parece dar el tiempo. En este caso suelen ser pinturas que se compran ya preparadas para este fin, o técnicas caseras como ya hemos visto.
Lo importante a recordar es que se puede aplicar sobre gran variedad de superficies, que van desde la madera o metal, hasta el plástico. Si somos más detallistas, podemos comprar algunas especiales para cada superficie.
Pintura de efecto pátina
Si no queremos complicarnos ni un poco, nada más simple y barato que una pátina. El Betún de Judea es la estrella de estas técnicas. Se consigue en pasta o líquido y se aplica con tela o muñequilla en el primer caso o pincel en el segundo.
Claro que si lo pincelamos inmediatamente se retira con una tela limpia, de modo de que quede una cantidad pequeña y no la superficie cubierta. Siempre se usa en el sentido de la veta de la madera (si es el caso).
Algunos golpes
En el caso de un mueble completo que queremos envejecer, una opción es golpearlo. Parece medio disparatado pero no lo es. Eso sí, con cuidado. Hay que conseguir una buena cadena y con mucho cuidado de no romper nada, darle unos cuantos golpes.
Obviamente que esto se hace antes de pintar con la madera lo más desnuda posible. Otra idea que no es precisamente una técnica pero sirve mucho, es utilizar libros para decorar. Un rincón con dos o tres libros antiguos que se compran en un mercadillo, aporta mucho.
Métodos para dar apariencia envejecida al metal
Las mismas técnicas antes mencionada, incluso la de darle algunos golpes para alterar un poco su forma básica, se pueden ejecutar en cualquier tipo de metal, pero en este caso, dicho material nos ofrece otras posibilidades diferentes.
Por ejemplo, en el caso de los galvanizados, se puede aplicar un poco de ácido para darle una apariencia blanquecina o mineralizada, típica de los objetos antiguos de este material. Para ello, solo necesitaremos lijar y cubrir con cualquier limpiador ácido durante unas horas.
Si se trata de latón o cobre, más blandos pero de un tono bastante particular, se les puede dar ese color verdoso que caracteriza a los metales cobrizos viejos. Esta vez, tan solo necesitamos de una mezcla de 3 partes de vinagre de manzana y una de sal para bañar el objeto.