1 Reducir la basura y los residuos que generamos en la medida de lo posible.
2 Reutilizar envases, botellas... Así, hoy en día podemos encontrar todo tipo de tutoriales para llevar a cabo manualidades y trabajos DIY con todo el papel, cartón y plástico que gastamos en casa.
3 Reciclar, es decir, devolver los residuos al ciclo productivo. Para ello, es importante tener clara la diferencia entre cada contenedor, y el tipo de residuo que va a cada uno de ellos. Así, vamos a realizar un repaso:
- Contenedor azul: En él irán los papeles y cartones. Debemos tener cuidado de no tirar elementos que acompañen a dicho papel, como las espirales de los cuadernos, papeles plastificados, pegatinas... Y, por supuesto, aunque parezca una obviedad, no tirar los cartones en bolsas de plástico.
- Contenedor verde: En él irá el vidrio (tarros, botellas...). Sin embargo, nunca tiraremos cristal o cerámica, como espejos, jarrones, gafas, bombillas...
- Contenedor amarillo: Es el destinado a latas, briks de leche y plásticos.
- Contenedor verde oscuro, gris o naranja: En él irán los restos orgánicos.
- Contenedor rojo: Es menos común, y es el destinado a residuos peligrosos, como pilas, baterías...
Así, una vez tenemos clara la 'regla de las 3 erres', vamos a anotar algunos consejos que podemos llevar a cabo en casa para reducir la producción de residuos:
- Elegir productos en envases de tamaño familiar, para evitar generar envases duplicados.
- Controlar el uso de papel de aluminio y plástico en la cocina.
- Intentar llevar siempre encima bolsas de tela para la compra.
- Es mejor escoger envases de vidrio antes que de metal, y de papel antes que de plástico.
- Depositar los materiales tóxicos en los lugares correspondientes: pilas, pinturas, medicinas, aerosoles...
- Evitar emplear aparatos que funcionen a pilas o, en caso contrario, emplear pilas recargables.
Aquí podréis encontrar más datos sobre el reciclaje en casa...