o primero será realizar una estructura en madera para dar forma al cabecero.
Esta estructura rectangular la realizaremos primero cortando los listones de madera del alto y largo necesarios para nuestro cabecero, y después encajando unos con otros mediante escuadras de madera (hechas con el sobrante de los listones) y tornillos o clavijas de madera.
Lo ideal es trabajar en una superficie plana donde poder anclar los listones mediante sargentos para que no se muevan. Deberemos tener cuidado con el largo y ancho de los tornillos para que no se pasen o resquebrajen la madera (su medida dependerá del grosor del listón). Antes de introducirlos deberemos hacer un agujero inferior al diámetro del tornillo y de tamaño ligeramente superior si usamos las clavijas.
Una vez hecha la estructura fijaremos sobre ella, mediante grapas, un tablón de madera no muy grueso para no añadir peso innecesario al cabecero, ya que la finalidad de éste es únicamente utilizarlo como base para el relleno y el tejido exterior.
Nuestro siguiente paso es darle cuerpo a la estructura utilizando la técnica de capas:
En primer lugar fijaremos a la estructura un panel de espuma, los hay de diferentes tipos y tamaños por lo que hay que adaptarlo a la medida de nuestro cabecero cortando el sobrante y añadiendo donde se necesite. Nosotros hemos usado geopannel comprado en bricodepot. Esta parte es importante ya que el efecto del capitoné depende del grosor que usemos como relleno. Lo hemos unido mediante tornillos y arandelas que después hemos tapado con un cacho de espuma pegado para evitar durezas en el cabecero.
La segunda capa es un tejido con relleno acolchado cuya finalidad es dar uniformidad y suavizar la dureza de las esquinas de madera. La fijaremos también mediante grapas.
Por último colocaremos el tejido exterior elegido y lo uniremos también con la grapadora.
Para terminar realizaremos el decorado conocido como capitoné, que consiste en insertar botones forrados en tela de forma muy tirante, para que al apretar el relleno cree un efecto de relieve.
A tal fin compraremos botones para forrar que tienen dos partes desmontables y que encajan entre sí, como podéis ver en la foto. Forrar botones es sencillo pero entretenido y hay muchas técnicas para hacerlo, yo he cosido el sobrante frunciéndolo para que quedase recogido.
Con los botones ya forrados lo siguiente es marcar su posición en el tablero (esto también se puede hacer al principio). Hay que medir cuidadosamente su posición para que queden centrados y a igual distancia entre sí. Una vez están marcados procedemos a realizar los agujeros con un destornillador y así no destrozar la tela que ya hemos colocado.
Los botones han de quedar lo más tirantes posible, de otra forma no conseguiremos el efecto capitoné, por lo que usaremos un hilo en doble o un hilo grueso para evitar que se rompa al tirar. Pasamos el hilo con una aguja larga (si vuestro relleno es muy grueso necesitaréis agujas de colchonero) sujetando el botón y a su salida por donde está el tablón lo sujetamos mediante grapas y lo anudamos para que no se escape.
Una vez terminado la forma de colgar el cabecero en la pared es bien sencilla. Colocaremos una alcayata en el centro que encaja con un agujero hecho en la madera del cabecero, y a cada lado de esta pondremos una escuadra para repartir el peso.
El resultado es un bonito y confortable cabecero que quedará genial en cualquier habitación!