El trabajo que os presento hoy, les encantará a los amantes del chalk o en el idioma de Cervantes, la pizarra de toda la vida. A mi personalmente me parece un mundo con infinitas posibilidades decorativas y más con el "lettering" tan de moda ahora o caligrafía bonita, esa que nos intentaban enseñar en el colegio.
Para probar esta técnica he decidido transformar las puertas de un mueble auxiliar de "apaño" que tengo en la cocina, donde guardo todo lo necesario para un desayuno "saludable" y "energético" (modo ironía..) porque ahí están las galletas, bollos, chocolates, nutellas etc etc,.. vamos, que tenia que haberlo llamado el !!armario del pecado!!
Como era un "apaño" no estaba integrado en la cocina y me decidí a experimentar con él y darle un toque de decoración actual.
Para este trabajo simplemente necesitamos pintura para pizarras negra y rotulador de tiza blanco.
Empezamos lijando un poco la zona donde vamos a pintar para levantar un poco el poro y que agarre mejor, aunque esta pintura no suele tener problemas de adherencia. Después con cinta de carrocero delimité todo el borde para no salirme con la pintura de la zona donde quería pintar.
Un par de capas con rodillo, siguiendo los tiempos de secado marcados por el fabricante de la pintura. Para poder pintar encima aconsejan esperar 24 horas desde su secado.
Ahora viene la parte divertida, aquí tenéis dos opciones, si se os da bien el dibujo y la caligrafía os podéis animar a crear algo propio. Podéis ver millones de ejemplos en Pinterest. Y si no, os enseño como hacer la forma para todos los públicos... Necesitareis papel de calco amarillo o azul, para que se vea sobre el negro, lo podéis comprar en cualquier papelería.
Buscamos en Pinterest por ejemplo, un diseño que nos guste y nos encaje, imprimimos en papel y cortamos para poder presentar el diseño en nuestra puerta, usamos cinta adhesiva para pegarlo y ver cómo nos va a quedar. Cuando tengamos claro el diseño vamos calcando uno a uno nuestras letras y dibujos en la pintura de pizarra (usamos el papel de calco y un lápiz)
Repasamos con el rotulador de tiza nuestra letras y dejamos secar, si vemos que no está lo suficientemente marcado como nos gustaría volvemos a repasar con el rotulador.
¿Queda bonito, verdad? Pues ahora pensad en todas las posibilidades que os da la pintura de pizarra. Cuadros, placas de madera con mensajes, una puerta decorada, habitaciones infantiles, en tiendas, locales de restauración.. se me ocurren miles y miles de ideas.
Ahora no tenéis excusa para transformar un rinconcito de vuestra casa.
Seguid atentos porque ya tengo un par de trabajos preparados para publicar ;)