Los termostato de ducha son dispositivos que permiten regular tanto el caudal como la temperatura del agua, haciendo que sean constantes y evitando el malgasto. Así, vamos a enumerar las razones que te van a convencer de instalar uno:
1. Son dispositivos seguros. Los mandos reguladores tienen un límite, de forma que el agua no se puede calentar en exceso. Además, si por algún problema en la instalación se corta el agua fría, el termostato también cortará el suministro de agua caliente.
2. Son eficientes, ya que regulan rápidamente la temperatura y, por tanto, gastaremos menos agua en el tiempo de espera hasta que conseguimos la temperatura que queremos.
3. Son cómodos, ya que una vez regulado el caudal y la temperatura adecuados, nos podremos despreocupar cada vez que entremos en la ducha.
4. Son constantes, de forma que si el caudal o flujo de agua cambia bruscamente, el termostato regulará la temperatura para no recibir de golpe un chorro de agua fría o caliente.
5. Son respetuosos con el medio ambiente, al reducir el gasto de agua y energía.
6. Hay una gran variedad de modelos en el mercado, desde los más básicos hasta otros que vienen con bandejas incorporadas para los productos de aseo.
7. Por último, al calibrar de forma inmediata el caudal y la temperatura, ahorraremos tiempo en la ducha, algo fundamental sobre todo por las mañanas, cuando contamos con el tiempo justo.
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