1 Grifos termostáticos. Se trata de los grifos más eficientes pero también de los más caros. Con ellos podemos controlar la temperatura del agua y el caudal. Esto hace que sea muy cómodo usarlos y, además, pueden tener otras cualidades como estar adaptados a grifos de ducha y baño, seleccionar filtros de chorro, entre otras opciones...
2 Grifos monomandos. Son los más comunes, puesto que son relativamente eficientes, cómodos y se presentan en muchos tipos de diseños. Sin embargo, tienen dos desventajas:
- El exceso de caudal. Cuando lo abrimos puede ocurrirnos que lo hagamos al máximo y esto implica un consumo de 20 litros por minuto. Para controlarlo podemos colocar sistemas de tope o reguladores de caudal.
- La colocación del mando. Suele estar en el centro, entre el agua fría y la caliente. Con esto, cada vez que abramos el grifo puede que encendamos la caldera y también generemos un gastos de gas. Para evitar esto, podemos optar por un modelo que solo tenga apertura en frío.
3 Grifos con cierre mecánico o electrónico. Se trata de modelos poco prácticos para una vivienda, aunque son la mejor opción para asegurar que tendremos el gasto más mínimo.
Los de cierre mecánico se cierran periódicamente, mientras que los electrónicos se accionan al poner las manos debajo del grifo. Sin embargo, estos últimos son muy costosos y requieren de una instalación mucho más compleja.
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