Hoy queremos presentarte dos propuestas superfáciles y económicas para dar un nuevo aire a la decoración de tu hogar: pintar tú mismo o decorar con vinilos.
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La opción más rápida y cómoda
La idea de decorar con vinilos es genial por todas las ventajas que ofrecen estos adhesivos:
- Su instalación es facilísima, solo necesitas un poco de pulso y maña para que queden perfectamente pegados.
- Variedad y versatilidad: puedes elegir entre infinidad de diseños y utilizarlos para lo que quieras, por ejemplo, para separar ambientes.
- Limpieza: para tenerlos perfectos no tienes más que pasarles por encima un paño húmedo.
- ¿Te cansas de ellos? No te preocupes, puedes quitarlos cuando quieras, no tienes más que despegarlos para que la pared vuelva a su estado original.
¿Pintamos?
La segunda opción, algo más engorrosa pero igual de sencilla, es pintar tú mismo las paredes con pinturas sintéticas. Para ello, lo primero que debes hacer es preparar la superficie siguiendo estos pasos:- Antes de nada, cubre todo tu mobiliario, enchufes, llaves de la luz... para protegerlos de la pintura.
- Elimina la suciedad y las manchas de la pared ayudándote de una esponja humedecida con agua y jabón.
- El siguiente paso es tapar agujeros y grietas con pasta tapagrietas.
- Cuando esté seca, es el momento de lijar para dejar la pared homogénea (¡no olvides ponerte guantes para no hacerte daño!).
- Después del lijado tienes que pasar un trapo o un cepillo para quitar todo el polvo que ha quedado adherido a la pared.
- Finalmente, para que quede perfecta, aplica una capa de imprimación con un rodillo, lija al terminar y pasa otra vez el cepillo.
Así, ya tienes la pared completamente lisa, por lo que ha llegado la hora de pintarla cuando esté seca del todo. ¡Vamos a por ello!
- Utiliza un rodillo pequeño para dar una primera capa de pintura con el color deseado. Tienes que utilizar tres partes de pintura por una de solvente, remover bien y pintar de arriba abajo en franjas de, aproximadamente, 50 centímetros de ancho.
- Lija la pared de nuevo cuando se haya secado (al menos 8 horas después de haber dado la primera capa de pintura).
- Ahora hay que dar una segunda capa de pintura, que en esta ocasión será más densa que la anterior: 9 partes de pintura por 1 de solvente. Procede de la misma manera que en la primera capa.
- Utiliza un rodillo más estrecho para dejar perfectos los detalles más pequeños.
¡Y ya está, pared pintada! ¿A que es mucho más fácil de lo que pensabas?