Ya sabemos que con algunas manos de pintura se puede cambiar totalmente el aspecto de nuestros muebles, sin embargo no solo debemos centrarnos en el resultado final, sino que también hemos de procurar que éste sea duradero. Si estás pensando en pintar una mesa no te pierdas estos 11 errores que debes evitar para obtener un buen resultado que además resista al paso del tiempo y al uso diario.
1.- No tener en cuenta las diferentes partes de la mesa. Normalmente cuando queremos pintar una mesa la concebimos como un todo pero hay que tener en cuenta que se compone básicamente de un tablero y una base, ambas partes están sometidas a distintos niveles de desgaste, incluso lo más probable es que estén hechas con materiales diferentes. Por esta razón no debemos cometer el error de preparar la superficie o dar el mismo acabado a toda la mesa.
Si se quiere pintar la mesa de un único color habrá que estudiar qué tipo de pintura tiene una mejor adherencia sobre las sus distintas partes. Por otra parte, en caso de utilizar diferentes tipos de pintura, se tendrá que tener en cuenta si son sintéticas o acrílicas ya que de ello dependerá la imprimación previa.
2.- No lijar el tablero de la mesa. La parte superior de la mesa es la que más desgaste va a tener, da igual que intentes protegerla con un mantel porque tarde o temprano se acabará mojando o manchando. Además ha de estar preparada para soportar el roce continuo de la vajilla y cubiertos, así como a los diferentes cambios de temperatura al colocar sobre ella recipientes fríos o calientes. Por todas estas razones resulta muy importante que nos aseguremos de que la pintura va a tener un buen agarre y para ello es necesario que lo lijemos antes de darle la imprimación (en este enlace puedes ver mis recomendaciones sobre cuándo lijar un mueble según su composición).
3.- No reparar las imperfecciones. Si la mesa presenta arañazos o tiene desperfectos, ya sea en la parte superior o en las patas, es muy importante que las reparemos y no confiemos en que se van a disimular con la pintura porque no suele ser así, sobretodo en el caso de pinturas con brillo.
4.- No limpiar la mesa antes de empezar a pintar. Una vez hayamos lijado y reparado las imperfecciones, se debe limpiar a conciencia la mesa (toda ella) para dejarla libre de polvo y productos de limpieza a base de ceras que podrían dificultar la adherencia de la pintura.
Personalmente lo que suelo hacer es pasar un trapo humedecido para retirar el polvo y a continuación utilizo alcohol de quemar para limpiar toda la superficie.
5.- No usar imprimación en el tablero de la mesa. Existen pinturas con muy buena adherencia a todo tipo de superficies (por ejemplo la pintura pizarra), pero en este caso concreto más vale prevenir que curar, así que si quieres una mesa a prueba de reuniones familiares te aconsejo que no te saltes el paso de la imprimación previa.
Recuerda que la imprimación debe tener la misma base que la pintura que vayas a utilizar, por ejemplo si vas a pintar con una pintura de base agua, la imprimación también debe tener base agua y si es un esmalte sintético la imprimación será con base aceite o sintética.
6.- No aplicar las suficientes capas de pintura. El número de capas de pintura no solo depende de su poder de cubrición, sino también del desgaste al que va a estar sometido el mueble. La parte superior de la mesa va a tener más desgaste que las patas o la base, por lo que aconsejo dar tres capas de pintura sobre el tablero.
7.- No respetar los tiempos de secado entre manos de pintura. Las pinturas al agua secan desde fuera hacia adentro, esto quiere decir que aunque al tacto puede parecer que está seca, la adherencia a la superficie tal vez no es del 100% por lo que al volver a pintar sin haber respetado el tiempo de secado podría saltar la pintura.
Por otra parte, las pinturas sintéticas secan desde adentro hacia afuera, así que no hagas la prueba de tocar con el dedo para comprobar si se ha secado antes del tiempo indicado, ya que lo más seguro es que en tu mesa quede una bonita huella dactilar para la posteridad (¿se nota que me ha pasado alguna vez?). Por la misma razón, si pintas sobre una pintura sintética sin haber respetado el tiempo de secado puede que arrastres pintura de la superficie, desluciendo de esta forma el resultado.
8.- No lijar entre capas. ¿Quieres que todo el mundo se quede con la boca abierta cuando les enseñes tu mesa recién renovada con pintura y diga “pues no parece pintada”? Entonces no te saltes el paso de lijar entre capas, verás como consigues un acabado profesional (o casi).
9.- No utilizar materiales de calidad. A la hora de pintar una mesa (y un mueble en general), tan importante es la técnica como la calidad del material, de hecho se complementan entre sí. De poco sirve seguir todos los pasos al pie de la letra si la paletina con la que estás pintando va dejado pelos por toda la superficie, o si la pintura es de poca calidad.
10.- No proteger la pintura. Una vez hayas acabado de pintar, aplica siempre varias capas de barniz sobre el tablero de la mesa (también se puede dar cera sobre pintura pizarra). Los barnices de poliuretano son bastante resistentes a los golpes y también protegen de la humedad, utiliza un barniz incoloro y mate si no quieres alterar el tono de la pintura.
Otra opción consiste en colocar un cristal o un mantel pero personalmente creo que deslucen el resultado, lo bonito de pintar una mesa es que se pueda mostrar tal cual ha quedado.
11.- No elegir bien el color. Dicen que para gustos hay colores pero ya que te has tomado la molestia de seguir todos los pasos al pie de la letra para pintar tu mesa y dejarla como nueva, no cometas el error de elegir un color del que te vayas a cansar a los cuatro días.
Piensa que una mesa es un mueble voluminoso que vas a ver y a utilizar a diario, tómate tu tiempo para elegir el color más apropiado independientemente de modas y tendencias, siempre podrás utilizar complementos decorativos para darle a tu mesa esa nota de color que destaca cada temporada.
¿Habéis cometido alguno de estos errores al pintar una mesa? Yo os puedo asegurar que sí (¡y varios!) pero como ya sabemos que de los errores se aprende, mejor dejar constancia de ellos para evitarlos la próxima vez que vayamos a pintar una mesa.
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