La gran ventaja del pavés frente al cristal es que no requiere cortinas ni persianas, ya que su naturaleza traslúcida otorga a la vez luminosidad y privacidad. Además, dado que se fabrica al vacío, el pavés tiene gran capacidad de aislamiento térmico y acústico. Su resistencia es considerable, y podremos instalarlo en la fachada con la certeza de que durará muchos años.
El pavés recibe cada vez mayor protagonismo en las ferias del sector, dadas las posibilidades que ofrecen sus constantes mejoras en formato y colorido.
La evolución del pavés se aprecia en estas fotos. El uso tradicional como fuente de luz en fachada se ha enriquecido con nuevas prestaciones decorativas.
Aquí vemos la versatilidad de los bloques traslúcidos en diferentes huecos. Pueden colocarse piezas aisladas en una escalera de caracol, o bien largos ‘ribetes’ en la fachada.
Suele bastar con un pequeño número de bloques, como en este jardín. Y también en la cocina de Jarrillolata, dispuestos como una tronera vertical para respetar los muros de carga.
La cocina de Emi2345 es un ejemplo realmente esplendoroso de las prestaciones del pavés. Todo el techo funciona como un inmenso lucernario, que convierte la estancia en un lugar único. Nuestra lectora está muy orgullosa de su cocina: “por las tardes da el sol y se refleja a través del cristal, se ve chulísimo”.
Tanto Pinchauvas como Cortijo han explotado con acierto dos cualidades del pavés: la combinación de colores, y la posibilidad de realizar elementos curvos. Hay bloques de medio formato, rectangulares, que facilitan ese tipo de trazado.
Finalmente, vemos en las casas de Eva44 y Silki el excelente uso del pavés para dar luz a una habitación contigua sin ventanas.