1. Su principal función es proteger a la vivienda de la incidencia directa de los rayos de sol, que resultan muy incómodos en el uso de dicha estancia.
2. Ayudan también a limitar la entrada de calor, por lo que reducen la temperatura ambiente y, gracias a ello, podemos reducir también el uso del aire acondicionado. Esto no solo es recomendable para nuestros bolsillos sino que, además, también para nuestra salud.
3 Es innegable la capacidad que tiene un toldo de garantizar y mejorar la intimidad de la vivienda, sin necesidad de bajar las persianas y limitar con ello la entrada total de luz natural.
4 Al impedir la acción directa de los rayos del sol, sirven como medida protectora frente al desgaste y la decoloración de los muebles y alfombras más próximos a las ventanas.
5 Es común tener bajado el toldo cuando estamos en casa, para reducir la entrada de sol. Sin embargo, es recomendable hacerlo también cuando no estamos en casa, por su nivel de aislamiento térmico. En cualquier caso, este estará influido por otros factores, como la orientación de la ventana o el material de las mismas (por ejemplo, si son de PVC no acumularán calor, mientras que las de aluminio tienden a calentarse).
De este modo, a la hora de elegir el toldo adecuado para nuestra vivienda, vamos a tener que valorar varias cosas:
- El tipo de tejido que empleemos para la lona, y del cuál dependerá el nivel de filtración de los rayos solares. De este modo, podemos encontrar toldos de poliéster (que son los más económicos pero también los menos resistentes), los de telas acrílicas (que son mucho más resistentes), de fibras naturales, microperforados (son los de última generación y ofrecen una gran capacidad de aislamiento térmico), de PVC (orientados a proteger de la lluvia), de vinilo (mucho más impermeables)...
- El color del tejido. Para una protección mayor deberemos escoger colores más oscuros. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que el color del toldo incluirá en la filtración de los rayos y, por tanto, en cómo entra la luz en la habitación, de forma que podremos escoger tonos más cálidos o todos más fríos.
De este modo, tanto el color, el tipo de tejido, la densidad y el método de fabricación son factores clave, ya que podrían llegar a reducir la capacidad aislante del toldo en un 50%.
- La normativa de la comunidad. Lo normal es que, si vivimos en una comunidad de vecinos, haya un modelo concreto de toldo establecido, sobre todo en lo que a color y estampado se refiere, que debemos cumplir.
- El tipo de estructura: con estor (dos brazos anclados a una barandilla, muy estables frente al viento), de punto recto (las barras van sujetas a los laterales), de brazo invisible (cubren mayores espacios), la capota (empleada en ventanas), tipo cortina o quitavientos (con una cobertura vertical)...
- El tipo de cierre: actualmente podemos encontrar los toldos automatizados con sistemas de motorización e, incluso, programables, para controlar el cierre del mismo cuando no estemos en casa.
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