El color es el resultado de varias manos con dos tipos de lasur diferentes. Hemos empleado un lasur caoba mate, como fondo, y cuando teníamos un color que nos gusto, se acabo con varias manos de lasur roble satinado.
Este es el resultado de la primera mano del lasur caoba. El lasur se da con rodillo, con lo que conseguimos llegar a todos los rincones de la madera. En la primera mano la madera chupa más barniz, pero el color es un poco aguado.
También hay zonas que cogen el color de forma distinta. Puede ser por la cola, o por algún tipo de líquido que haya absorbido la madera con anterioridad. Según vamos dando manos, estas van oscureciendo un poco la madera.
La primera mano vista con luz. La ventaja de este tipo de barnices es que es más difícil equivocarse mucho con el color, porque si le das una mano de más, el color no cambia mucho. Si usáramos un barniz tinte tradicional, el cambio de color es mas brusco, y el error mucho más evidente.
La misma imagen sin luz. Queremos que el color final se parezca lo más posible al de la otra puerta. De momento es mucho más rojizo, y para eso vamos a combinar este caoba con roble. La idea es cambiar el rojizo por un toque marrón, y como es satinado que tenga algo de brillo, pero sin exagerar.
Dos manos más de color caoba. Como nos parecía ya suficientemente subido el tono, nos plantamos con las tres manos. No hay que fijarse mucho para ver que hay diferencia entre la primera y la tercera mano, pero entre ellas sí que es difícil ver mucha diferencia. En la segunda imagen se pueden ver unas vetas y nudos que no aparecían en las primeras fotos. Se han hecho con nogalina y un pincel fino, todo ello manejado con la habilidad de mi esposa, y con esto se tapan esas zonas que no han igualado el color. Como vamos a dar lasur roble por encima, estas correcciones quedaran bastante empastadas con el resto de la puerta.
Pues aquí tenemos al acabado final. Tres manos de roble después, tenemos puerta nueva. El tono marrón es muy sutil, porque la madera ya no absorbe tanto barniz, pero si lo suficiente como para matizar el rojo caoba. Al tener puerta nueva, también hemos hecho alguna reparación adicional, como en el marco, donde faltaba un trozo de madera, y que hemos rellenado con un taco de madera, y la pared, a la que hemos quitado un montón de arañazos caninos, y rozaduras varias. Mano de pintura y como nuevo, a la espera de unas jambas que terminen la renovación.
Como el pasillo es tan estrecho no hay forma de sacar una foto en condiciones. Espero que con esta, sacada hacia el espejo, de una mejor idea del acabado. Fijaros en lo naturales que han quedado las vetas y los nudos, completamente integrados en el color final de la puerta. Una artista mi mujer.
Como tenemos otra puerta, vamos a empezar la operación "colección de cajas", pero como son de un tamaño mayor que las normales (son de pimientos de asar) y no hay durante todo el año, necesitaremos bastante tiempo para todas las que necesitamos.....
Pues esto es todo. Espero que os guste, porque a nosotros nos ha encantado el resultado. Y hasta otra.