Los ácaros son animales microscópicos que viven en estrecha relación con el ser humano. Su hábitat preferido es el polvo, ya que se alimentan de las partículas que lo componen: pelos, escamas de piel, insectos y mohos. El polvo es atraído por la electricidad estática, un factor que erradicaremos utilizando tejidos de composición adecuada en las cortinas, alfombras y tapicerías.
!Huyamos del poliéster!
El tejido más afín a la electricidad estática es el poliéster. Unas cortinas con alta composición de poliéster atraerán el polvo circundante como un agujero negro, convirtiéndose en una incubadora de ácaros por más limpia que parezca la habitación. También las tapicerías, los cojines y las alfombras pueden contener alta proporción de poliéster.Una habitación llena de elementos confeccionados con esa fibra sintética será el lugar propicio para que las personas alérgicas sufran molestias permanentes, sin que a menudo conozcan el origen de su afección. El problema se agrava cuando tal fibra abunda en los ropajes del dormitorio. La solución es emplear telas que no acumulen electricidad estática: algodón, hilo y batista.
Máximo cuidado en habitaciones infantiles
La alergia a los ácaros se manifiesta con especial intensidad en los primeros años de las personas, por ello extremaremos las prevenciones en los dormitorios de niños y adolescentes. Si el pequeño es alérgico, hay que retirar de su cuarto los muñecos de peluche, otro foco de electricidad estática. La habitación debe tener luminosidad, ya que los ácaros evitan la luz.El mercado ofrece fundas antiácaros para colchones y almohadas que suponen una eficaz barrera durante las horas de sueño. En las zonas costeras, más proclives a los ácaros, conviene también reducir la humedad del cuarto con un deshumidificador. Y es aconsejable renovar el filtro del aire acondicionado varias veces al año. Con estas prevenciones, tu hogar se verá libre en gran medida de los molestos intrusos.