Tablas he hecho ya muchas, pero ninguna con el clásico gallo, que tan tradicional ha sido siempre en la decoración de las cocinas. También es verdad que estaba loca por utilizar la plantilla de malla de gallinero, todo hay que decirlo.
Después del lijado inicial para quitar las asperezas de la madera, la pinté con acrílica color ocre, basándome en el colorido de la servilleta.
Cera en las zonas a desgastar, insistiendo en aquellas en las que queramos un decapado más intenso.
Nueva capa de pintura para la superficie, color mantequilla.
Una vez lijada la tabla, está preparada para la decoración.
Cola diluída en agua, dejar secar y colocar la servilleta. Para facilitar el decoupage y conseguir un mejor resultado, en estas superficies amplias es mejor adherir el papel con ayuda de la plancha. Baja temperatura, sin vapor y utilizando papel vegetal para no dañar la servilleta.
Por último, lijar los sobrantes de los laterales y aplicar barniz o cola de decoupage. ¿Cuándo sabremos que la servilleta está bien integrada? Evidentemente, tenemos que ver que parezca fundirse con la superficie, que no haya discontinuidad ni desnivel entre el papel y la madera. Pero además, cuando se utiliza un cuadrante completo de la servilleta, o la servilleta entera, sabremos que está perfectamente integrada cuando dejen de ser visibles los puntitos que tiene en los bordes.
Como la servilleta no llegaba a cubrir las zonas superior e inferior de la tabla, la he integrado con la madera utilizando distintos tonos de pintura acrílica (ocre, crudo, amarillo, marrón...), aplicándolas a golpecitos, mezclándolas y fundiéndolas entre ellas.
Antes de hacer el estarcido, una mano de barniz mate. Como ya he comentado alguna vez, esto nos permitirá hacer rectificaciones más fácilmente si fuera necesario, ya que ni el papel ni la madera absorberán la pintura tan rápido, y tenemos más margen de tiempo para "borrar" equivocaciones, utilizando simplemente una toallita húmeda.
He estarcido de forma más marcada los bordes de la tabla, atenuando la malla a medida que me acercaba hacia el centro. Además, he utilizado distintas tonalidades, de forma que siempre fuera visible aunque fuera cambiando el colorido de la servilleta.
En alguna zona he aplicado el mismo estarcido pero con relieve para dar un poco de profundidad.
Por último, algún toquecito rojizo, ocre y turquesa para simular algo de óxido, aunque es difícil que se aprecie en un relieve tan pequeñito.
¿Qué os parece? Yo le veo un aire rústico vintage... me gusta.
Vámonos a ver todas las propuestas de este reto. Sólo tenéis que pinchar aquí.