Yo me he decantado por el primero de ellos y he aprovechado la ocasión para realizar un trabajo que hacía mucho tiempo tenía en mi interminable lista de pendientes. Para ello, a falta de tablones propiamente dichos, he utilizado tablas de palet. Esas nunca nos faltan y supongo que también valdrán, no?
He cortado cuatro de la misma medida y las he lijado con lija de grano grueso hasta quitarles toda la aspereza que suelen tener estas tablas. Aquí podéis ver la diferencia entre las tablas lijadas y las que aún no lo están.
Bien saneadas y limpias las he unido entre sí utilizando una grapadora:
Ya tengo la estructura preparada para empezar con el tratamiento y color de la madera.
En primer lugar he tenido las tablas con pátina de anticuario de la marca Xylazel y la he dejado absorber por la madera durante unas horas. Después, he retirado el sobrante con un paño de algodón. Tan sólo con la pátina quedan preciosas.
Una vez pulida, empiezo con el color. He utilizado chalk paint en distintos tonos (dos verdes, marrón yute y sal de mar) para cada una de las tablas, aunque después los he ido entremezclando, sobre todo en las uniones entre ellas. Antes de que secara cada color lo he difuminado con un trapo para superponer los tonos y por último he lijado suavemente hasta lograr el desgaste que buscaba.
Como toda bandeja, necesitaba unas asas, y estas son las que he utilizado:
Quería darles un aspecto muy, muy viejo. No tenía polvos de embossing, ni ninguna pasta con textura, ni nada por el estilo, así que he tenido que improvisar y hacer un experimento. He aplicado cola blanca en algunas zonas:
Sobre la cola he espolvoreado sal... y a esperar a que seque, a ver qué pasa... que salga el sol por donde tenga que salir jajajaja.
A medio secar, el mejunje tenía esta pinta:
En mi opinión no hay que tener nunca miedo de meter la pata; total qué tenemos que perder? Si algo no resulta como esperamos siempre podemos arreglarlo y, si no es posible, volvemos a empezar y se acabó. No pasa absolutamente nada. También es verdad que estas asas son baratísimas... si fueran caras, igual me lo hubiera pensado un poco mejor jajjaja.
Bien seca la cola, he pintado las asas con chalk paint gris y esponja en primer lugar.
Después, he ido alternando otros tonos (marrón chocolate, rojo óxido, ocre y turquesa) para realizar un efecto oxidado. Podéis ver el proceso más en detalle en otro post pinchando aquí. Este es el resultado:
Bueno... la sal es un poquito gruesa pero puede valer. Qué os parece?
Sólo queda atornillar las asas a la madera, "oxidar" también los tornillos y podremos estrenar nuestra bandeja.
Os la enseño más de cerca.
Me encanta cómo combina esta bandeja hecha totalmente con materiales reciclados y de aspecto tan decadente con la plata antigua y el cristal.
No creéis?
No olvidéis pasar por el blog de Anna para ver todas las propuestas y votar vuestras favoritas. Os dejo el enlace directo aquí.
A por el martes!!!