Ya está todo terminado en mi dormitorio, tanto la pintura como la decoración. He seguido los mismos pasos que para mi dormitorio de invitados: pintar de blanco las paredes y reciclar el mobiliario existente, moviéndolos de sitio, dándoles un aire fresco con la pintura y añadiendo algún que otro detalle reciclado. He tardado pero ha valido la pena; estoy encantada con lo de "menos es más...
Reutilicé las tulipas de una lámpara que me encontré en la calle un día que iba paseando con mi amiga Mariana, una reina del reciclaje. Si no os acordáis de esta lámpara, os detallo aquí donde la encontré, junto que más cosas. Para esta fantástica idea, me inspiré al 100% del trabajo de Marta de Canela y Naranja donde rescató una lámpara y reutilizó las tulipas; podéis leer su post aquí.
He querido recrear dos rincones muy diferentes en ambos lados de la cama. Ismael está acostumbrado a tener la misma mesita de noche desde siempre así que era impensable cambiársela, lo único que hice fue pintarla para que hiciera contraste con la pared y colocarle sólo una tulipa porque no quería más luz.
Para la mesita de noche, he utilizado el verde Olive y el rojo Emperors silk de A. Sloan. Para el espejo y la cómoda, he utilizado la pintura de leche y para la mesa de cocina podéis leer acerca de su procedencia y los colores utilizados en este post. Por cierto, el jarrón y el barreño eran de mi suegra, una maravilla vintage. Respecto al cabecero, explicaba todo en este post hace unos días. El baúl turquesa, ya lo conocéis, era el baúl donde solía guardar mis libros de clase (descripción aquí).
Mi lado de la cama está más poblado porque tenía ganas de tener mi rincón personalizado. Los marcos vacíos son los que tenía pero los he pintado de varios colores. Los cuadros que son recuerdos de viajes y que han estado puestos durante años en otros lugares de la casa pero que he movido y reemplazado. La foto de la isla de Manhattan es una foto que mi madre compró en una galería cuando visitó la Gran Manzana hace casi 20 años, se aprecian las torres gemelas todavía, claro. El más que famoso discurso de Martin Luther King, me lo traje de Boston cuando fui a visitar un museo afroamericano y de vuelta a casa, lo hice enmarcar por un artesano local. La cesta naranja es de Senegal, un regalo de mi amiga Martine. El rincón de Ismael se quedaba un poco austero (me insistía en que no recargara nada...) así que colgué la caricatura que nos hizo un dibujante por la calle, durante un viaje a Praga.
Anne
anne charriere