Y es que sí, los duros meses de otoño e invierno, las heladas, las lluvias y el viento han hecho sus estragos en nuestra terraza y la han llenado de polvo, suciedad y restos de humedad. Pero no podemos aplazarlo más, ¡ha llegado la hora de ponerla a punto!
¡Suelos relucientes!
Independientemente del tipo de suelo que tengamos instalado en nuestra terraza, el primer paso siempre será barrer bien lo acumulado con un cepillo grueso. Una vez recogido, procederemos a limpiar, siguiendo las indicaciones específicas para cada tipo de suelo:- Suelo de piedra: son de los más fáciles de limpiar, ya que bastará con agua y jabón neutro.
- Suelo de barro: este tipo de material es muy poroso, absorbe las manchas, por lo que para limpiarlo deberemos utilizar agua y lejía. Además, si queremos conseguir que sea más resistente, podemos aplicar una cera para impermeabilizarlo. En este caso, podremos limpiarlo con agua y jabón.
- Suelo de gres: este tipo de suelos también son muy resistentes y fáciles de limpiar. Para las juntas, utilizaremos agua y lejía; para manchas concretas, amoniaco diluido en agua; y para lo demás, agua y jabón neutro.
- Suelo de madera: no es el material más recomendable para exteriores, ya que puede verse afectado por los efectos del clima y los cambios de temperatura. En cualquier caso, para su mantenimiento habitual utilizaremos un producto específico para madera disuelto en agua. Si hay manchas específicas, podemos retirarlas con una lija de grano fino. Además, lo recomendado es aplicar aceite dos veces al año.
- Suelo de hormigón: para limpiar este tipo de superficies utilizaremos un producto como el amoniaco o el vinagre blanco.
¡Fuera el óxido de la barandilla!
Una de las consecuencias más comunes del invierno es el óxido de las barandillas. Para quitar estas manchas, debemos utilizar un cepillo de cerdas metálicas. Después, limpiaremos con agua y jabón neutro, para terminar pintando de nuevo con una mano de pintura antióxido y otra mano de pintura para metal, con el color final deseado.¡Mobiliario a punto!
Si tu mobiliario es de plástico, limpiarlo será muy sencillo con una mezcla de vinagre blanco, bicarbonato y detergente, que aplicaremos con una esponja y aclararemos con agua.Si tus muebles son de madera y observamos que, durante los últimos meses, han perdido brillo, procederemos a aplicar un aceite para madera después de haber retirado el polvo.
En el caso de los muebles de hierro, si presentan óxido, tendremos que seguir el mismo procedimiento que en el caso de la barandilla.
¡No te olvides del toldo!
Para limpiar el toldo, empezaremos frotando con ayuda de un cepillo para retirar el polvo. Después, cepillaremos con agua y jabón suave. Si encontramos moho o manchas, podemos aplicar bicarbonato diluido en agua. Por último, enjuagaremos bien para retirar cualquier resto de jabón o bicarbonato.¡Ya tienes la terraza lista! Tan solo te queda recolocar los muebles, organizar la decoración ¡y a disfrutar! Nos vemos en el próximo post de Vivienda saludable.