La mayoría de los frigoríficos cuentan con dos zonas independientes: el frigorífico propiamente dicho y el congelador. Aunque no sea así, no importa, lo único que hay que hacer es realizar un mantenimiento del frigorífico distinto para cada zona, independientemente de cómo tengáis distribuido vuestro refrigerio.
Para hacer un buen mantenimiento del frigorífico lo más importante es la limpieza. A parte de las rutinas diarias, es recomendable limpiarlo a fondo una vez cada dos meses como máximo. Lo primero que hay que hacer es desmontar todas las bandejas y accesorios que se puedan sacar para facilitar su limpieza y la del interior del frigorífico. El truco para que nos queden relucientes es disolver bicarbonato de sodio en un poco de agua y limpiar con ayuda de un paño. Además, una vez que terminemos tenemos que secar perfectamente el electrodoméstico, para asegurarnos de que no aparezcan humedades que puedan estropearlo.
Una vez limpio el interior del frigorífico, debemos centrarnos en la parte exterior. Simplemente tenemos que aplicar una mezcla de agua y jabón, en caso de encontrar manchas difíciles podemos mezclar con un poco de líquido de lavavajillas, pero en principio no es necesario, con jabón neutro bastará. Es muy importante limpiar también la parte de atrás del frigorífico. Al menos una vez cada tres meses debemos sacarlo un poquito y pasar el aspirador, ya que el polvo que se acumula en la zona trasera estropea muy fácilmente el motor. En caso de que nuestra nevera sea de acero inoxidable, un truco para que los tiradores nos queden brillantes es limpiarlos con una mezcla de agua y bicarbonato, pero en este caso, bicarbonato de sosa. Secándolos bien nos sorprenderá como brillan.
Respecto al congelador, lo primero que hay que hacer para hacerle el mantenimiento del frigorífico es limpiar el congelador. Para acelerar el proceso podéis poner en su interior una cacerola con agua hirviendo, que hará que el hielo se deshaga rápidamente o si queréis utilizar un secador. Una vez que se reblandezca, retiramos todas las placas con ayuda de una espátula y limpiamos todas las superficies con agua y jabón.
Por último, para mantener nuestro frigorífico a la perfección, debemos preservarlo de los malos olores. Para ello os propongo dos truquillos: o bien ponéis un vaso con leche hirviendo durante unos minutos, que absorve todos los olores, o al limpiar, aplicáis un poco de vinagre en el aclarado, comprobaréis que desaparecen los malos olores.
Como véis, vuestro frigorífico puede durarnos bastantes años con unas pequeñas rutinas sencillas de mantenimiento. ¿os animáis? ¿Cómo limpiáis vuestros electrodomésticos?