El mantenimiento y la limpieza del suelo en nuestros hogares es fundamental, pues es donde más suciedad puede acumularse debido al tránsito diario que reciben. Además, por esta misma razón, son las superficies de la casa más susceptibles al desgaste. Hoy te enseñaremos técnicas para limpiar el suelo.
Así, dependiendo del tipo de material que componga nuestros suelos, tendremos que realizar un tipo de mantenimiento y otro, y aplicar diferentes rituales para limpiar el suelo. Por ello, aquí vamos a ver lo necesario para cuidar los tipos más habituales.
Mantenimiento de suelos de madera
El tipo de suelo más común en casi todos los hogares, a excepción de habitaciones como la cocina o los baños, es el de madera, concretamente el parquet o la tarima. Es un material que aporta mucha calidez a la casa, pero que se daña fácilmente con la humedad, sobre todo si no está barnizado, por lo que no es aconsejable fregarlo con asiduidad.
Lo mejor para su limpiar el suelo de madera es realizar una limpieza diaria con una mopa, para retirar todo el polvo y, una vez a la semana, limpiar con algún producto específico para este tipo de suelos, que no dañan el barnizado. Además, de vez en cuando, sí es aconsejable pasar una fregona muy escurrida o una mopa humedecida, con agua tibia y un poco de vinagre, para sacarle brillo.
Como limpiar los suelos de gres
Los suelos de gres pueden ser de porcelana, rústicos o esmaltados. Es un suelo fácil de mantener, aunque hay que tener cuidado con usar productos abrasivos o materiales de limpieza duros que puedan rayar y quitar el brillo o esmalte.
Lo mejor es limpiar con agua tibia y jabones neutros, o, en casos como la cocina, aplicar un poco de amoniaco en el agua, ventilando bien la casa. Además, existe un truco casero que consiste en añadir al agua un chorro de suavizante para la ropa, con lo que se consigue mantener el esmalte del suelo reluciente, a la vez que obtenemos un ambiente fresco y sin olores.
¿Y los suelos de moqueta?
Los suelos de moqueta actúan como aislantes térmicos y acústicos. Crean un ambiente cálido y acogedor en los hogares, pero tienen el inconveniente de acumular el polvo y la suciedad con facilidad. Por ello, el mantenimiento diario se realizará principalmente con la aspiradora.
Sin embargo, el principal inconveniente de este tipo de suelo son las manchas. Lo mejor es intentar retirarlas a tiempo, cuando aún estén recientes, aplicando agua con gas, soda o agua con bicarbonato con un cepillo, con cuidado de no dañar el tejido. Si, por el contrario, las manchas son antiguas, podéis probar con productos naturales como el vinagre blanco o el zumo de limón, mezclados con agua tibia y jabón neutro.
Suelos de mármol
En los hogares también podemos encontrar suelos de mármol, un material muy duro y resistente al desgaste. Su mantenimiento es similar al que realizamos con el suelo tipo gres, es decir, empleando exclusivamente agua tibia con jabón neutro y, en ocasiones, añadiendo un poco de suavizante o amoniaco. Además, cuando notemos que se va yendo el brillo, podemos emplear un poco de vinagre blanco diluido en agua.
El aire rústico de los suelos de terracota
El suelo de terracota procede del barro cocido, y proporciona un toque rústico perfecto para jardines, terrazas y casas de campo. Para su mantenimiento necesitan ciertos productos como protectores o abrillantadores, aunque, en sustitución de estos últimos, podemos aplicar aceite de linaza con un paño.
Para su limpieza habitual, lo mejor será fregar la superficie con un producto específico para su mantenimiento diluido en agua, al menos una vez por semana. Además, si se encuentra en interiores, para una limpieza diaria podemos pasar la aspiradora y la mopa humedecida.
Agradecimientos: Scoschie/flickr (parquet 1), Blondetpatrice/flickr (parquet 2), Pavimentos Tarima Madrid (gres), Marzua (moqueta) Arquitectura de Casas (mármol), Rustisur (terracota)