Hay que tener en cuenta el tipo, función, estilo, tamaño y forma que deseamos encontrar con la mejor calidad-precio y sin renunciar a la eficiencia, pues no queremos que hacernos con una lámpara atractiva pero que eso se traduzca en una fuente de derroche de energía.
Así que comencemos por el principio: ¿Dónde voy a ubicar la luz? Es decir, no tiene nada que ver el tipo de lámpara que buscaré para complementar el rincón de lectura de una salita que la que pondré en el comedor para iluminar la mesa. Normalmente, en este último caso, para la luz del salón es aconsejable decantarse por la combinación: las lámparas de techo, la clave para que queden perfectas es colocarlas bien centradas, y situar al menos una lámpara de pie, que iluminará una determinada zona con mayor intensidad y aportará un pie es un mueble que dota de personalidad y estética cualquier espacio. Además, en los dormitorios tienes la posibilidad de jugar con las lámparas de lectura y sus diferentes alturas y diseños.
Con respecto a la iluminación en el baño, normalmente debido a una cuestión de espacio y funcionalidad la tendencia es instalar focos de luz en el techo (principalmente halógenos). La diversión llega con la incorporación, por ejemplo, de luces laterales en los espejos o estanterías.
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