Hace un tiempo compré esta lámpara en Ikea por su funcionalidad y bajo precio, por contra carece de estilo y personalidad, así que le he dado un toque muy personal y fácil de conseguir.
Lo primero es conseguir la materia prima que en este caso es madera, concretamente ramas secas de parra depositadas en el lecho del Río Oja a su paso por la localidad de Santo Domingo de la Calzada (la Rioja), conocida entre otras cosas por transcurrir el Camino de Santiago, al cual debe su origen este municipio. Este río solo lleva agua del deshielo de las nieves procedentes de la Sierra de la Demanda por lo que el resto del año es posible pasear por su cauce seco y recoger restos de madera de distintos tipos.
Se puede utilizar cualquier variedad de madera pero lo importante es usarla una vez que este seca y limpiarla antes de trabajar con ella. Primero quitaremos la tierra o posibles restos que pueda tener con una brocha o frotando cuidadosamente con un trapo limpio y seco. A continuación daremos una capa de imprimación tratante contra insectos xilófagos. Una vez limpia la pintaremos del color deseado, en este caso lleva dos capas de un color claro y sobre ellas brochazos alternativos en color dorado a modo de reflejos. El efecto resultante es muy luminosos y elegante.
Una vez se ha secado la madera pintada podemos colocarla en el pie de lámpara, probablemente necesitemos la ayuda de otra persona para que nos sujete las piezas en la posición deseada mientras aplicamos la cola termofusible con una pistola. Si las piezas de madera son muy pesadas o la cola no da suficiente estabilidad pueden usarse bridas, de un color acorde a la pintura para que no se aprecien demasiado y resten finura.