Hacía tiempo que no encontraba uno de éstos:
un botiquín vintage
en tan buen estado!
Buen estado?
pensarán muchos...
La parte exterior tiene capas y capas de pintura arruinada,
cinta adhesiva a rolete,
y una suciedad solo comparable..
.
a la del interior...
Pero la cosa termina ahí...
o mejor dicho,
comienza ahí.
Por que está entero,
la puerta cierra perfectamente
y tiene un espejo biselado en perfecta condiciones:
todas cualidades que lo convierten en el candidato perfecto
para un makeover...
Después de un buen baño y una buena lijada,
2 manos de pintura...
Una vez seco
una mano de pintura blanca aplicada ésta vez
de forma despareja,
con el pincel casi seco
y en diferentes direcciones hasta lograr el efecto que busco...
Esta técnica de "dry brush"
me evita lijar para descubrir la capa de color primeramente aplicada
(como estoy en casa y no en el taller,
trato de hacer el menor lío posible!)
Una perforación en la puerta...
...para agregar un tirador de vidrio
y una borla...
(totalmente innecesaria pero totalmente amorosa)
Quién te ha visto
y quién te ve!!
dirían en el barrio...
El interior?
Ah, ese también cambió!
Pintura,
hojas,
una tag..
Y de repente,
por qué pensar en ponerlo solo en el baño
si los washis se ven tan lindos en él?
Y si él posa tan contento desde el escritorio?
El espejo biselado refleja materiales de trabajo
y hasta parece sorprendido de su propia transformación...
En perfecto estado estaba...
en aún mejor estado quedó!
No les parece?