Tras un descanso más que razonable desde mi última publicación, ya va siendo el momento de seguir contándoos lo que hago. No he parado mi actividad en ningún momento, por supuesto que no, el descanso ha sido exclusivamente blogosferil...
Hay muchos trabajos realizados que no he publicado en el blog por falta de tiempo, de fotos y de circunstancias pero que he ido poniendo en Facebook e Instagram.
Sin embargo, el blog es donde realmente se dan detalles de todo el proceso de principio a fin por lo que he decidido recuperar trabajos ya hechos (y que quizás os suenan de haberlos visto en mis redes) pero que nunca tuvieron la oportunidad de aparecer por aquí así que voy a actualizar un poco esto.
Se me hace raro volver a escribir estos contenidos pero me hace ilusión también porque es por aquí que todo empezó y a pesar de las pausas largas, debe de continuar!
Os presento aquí una transformación de un mueble que a primera vista, nadie hubiera dado un duro por él... Yo vi un tesoro y que se podría transformar en algo súper bonito y funcional! Las fotos se han tomado con el móvil así que no son gran cosa pero se pueden apreciar los pasos.
El estado inicial
Exceptuando la parte que tocaba el suelo, no estaba en muy mal estado; las puertas cerraban bien, estaban todos los herrajes, etc. Lo que le había estropeado muchísimo en la parte de abajo venía de un tiempo muy prolongado en el agua o, desde luego, en zonas muy húmedas.
Como podéis ver, la repisa de abajo estaba completamente podrida; había hasta musgo (!!) pero con una buena reparación, iba a quedar perfecto.
El arreglo
Lo habían barnizado pero en algunas partes, el barniz estaba descascarillándose: había que lijar en profundidad. Empecé por una limpieza a fondo con agua caliente y amoniaco. Dejé secar y le puse un producto anti carcoma por si acaso. Tras un tiempo prudencial y una vez seco del todo, empecé a reparar con masilla llenando cada hueco y lo lije enterito con la máquina.
Tuve que desmontar la repisa que estaba muy ondulada por la humedad, reemplazar unos tacos de madera que se habían podrido, etc.
Le di una mano de imprimación en el interior; no se aprecian todos los pasos porque no iba sacando fotos a cada rato (luego me arrepiento, pero...). Corté los cuarterones de las puertas y le puse malla de gallinero que me encanta! Añadí ruedas, suficientemente robustas para aguantar peso ya que mi idea era almacenar botes de pintura.
La pintura
Pinté todo con un fondo marrón puesto que quería que se viera por debajo de los colores que iba a utilizar. Apliqué barniz craquelado en algunas zonas y empecé a jugar con los colores. Utilicé unos colores vivos de Autentico y La Pajarita y empecé a crear zonas verdes, azules y amarillas. No seguí ningún patrón, me deje guiar por la imaginación.
Cuando todo se secó, apliqué cera oscura para darle al mueble este estilo viejuno que me gusta tanto.
Un cliente se enamoró de él y me lo compró para su establecimiento; el mueble luce precioso y es muy funcional.
Anne
anne charriere